2 Butacas de 5
La licantropía, al igual que sucede con el vampirismo, cuenta con una mitología única y rica en detalles. El hombre lobo ha sido y es uno de los cuentos de terror más conocidos a lo largo del planeta. Cuando una película se acerca a estas leyendas, no siempre lo hacen desde el mismo prisma, algunos sazonan su obra con diferentes condimentos esenciales (balas de plata, luna llena, aullidos…) Sin embargo, Hombre Lobo hace todo lo contrario. Coje el filete crudo y lo echa a la sartén sin sal, aceite, ni perejil. Leigh Whannell (El hombre invisible, 2020) presenta una película correcta en lo práctico, pero bochornosa en todo lo demás.
Con su matrimonio deshilachándose, Blake convence a su esposa Charlotte para que se tomen un descanso de la ciudad y visiten la remota casa de su infancia en la zona rural de Oregón. Cuando llegan a la granja en plena noche, son atacados por una especie de animal. La familia se atrinchera en la casa mientras la criatura merodea por el perímetro. A medida que avanza la noche, Blake empieza a comportarse de forma extraña, transformándose en algo irreconocible.
Hombre Lobo tarda siglos en arrancar (si es que arranca alguna vez), el guion se empeña en presentarnos a los personajes de forma demasiado evidente, con diálogos carentes de misterio o interés, redundando sobre el mismo tema. Al final, en vez de implicar al espectador emocionalmente, lo que consigue es dibujar unas caricaturas estereotipadas con patas enfrentadas a una amenaza sonrojante. Se nota el trazo grueso en un guion que tiene intención de dotar a la historia de una especie de metáfora profunda sobre la violencia heredada y la emancipación que no le hace ningún favor.
En cuanto a lo práctico, el Hombre Lobo en cuestión está conseguido, los efectos prácticos funcionan y dotan a la historia de una credibilidad interesante. Sin embargo, es la puesta en escena tan tosca y falta de coherencia la que la convierte en un batiburrillo de escenas que más que terror producen bochorno. La película abre con un prólogo interesante, un manejo del suspense clásico del que no se vuelve a saber nada hasta los créditos finales.
Hombre Lobo es una película de terror bastante floja. Si bien hace todo lo posible por tomarse en serio, no consigue más que arrancar alguna carcajada en alguno de los momentos supuestamente claves. Con un guion predecible y una ausencia total de misterio, la película hace aguas por todas partes.