3’5 Butacas de 5
Cuando era niño, Shadow the Hedgehog era mi héroe. Tanto, que mi primer correo electrónico sigue llevando su nombre junto al mío, y aún hoy, como fan incondicional del personaje, verlo finalmente en la pantalla grande con toda la seriedad y el peso que merece ha sido algo emocionante. “Sonic 3”, dirigida y protagonizada por el mismo equipo que nos ha llevado de la velocidad al caos desde la primera entrega, pone a Shadow como la gran amenaza, y con la voz de Keanu Reeves, este personaje se roba la película.
Como fan de Shadow, siempre esperé que este fuera su momento para brillar, y sí, la película nos da destellos brillantes de su complejidad y de su trágico origen, aun así, me dejó queriendo más. A pesar de ello, la entrega cierra esta trilogía con emoción, referencias a la cultura pop y promesas de que el erizo azul y sus amigos aún tienen muchas aventuras por delante.
Shadow, quien apareció en la escena poscréditos de Sonic 2, toma el centro de esta tercera película como una amenaza palpable y fascinante. Su historia de origen, envuelta en traumas y deseos de venganza, es el elemento más sólido y maduro del filme. De hecho, las escenas que lo involucran destacan por su seriedad y profundidad emocional, casi como si fueran escritas por un equipo diferente al que trabajó en el resto de la película.
Keanu Reeves hace un trabajo excepcional dando voz a Shadow, aportándole una gravedad y complejidad que contrastan con el tono ligero del resto de la historia. Su arco narrativo explora temas como la pérdida, el dolor y la redención, y deja en claro que este personaje tiene un potencial inmenso para futuras entregas y spin-offs. Sin embargo, a los fans de Shadow, como yo, les puede quedar la sensación de que la película se queda corta en tiempo y desarrollo para él, cediendo demasiado espacio al humor simplista de Sonic y compañía.
Por otro lado, Sonic sigue siendo el mismo personaje infantil, lleno de chistes que a veces funcionan, pero en otras ocasiones se sienten ridículos o forzados. La película refuerza valores importantes como la amistad, la familia y el rechazo a la venganza, pero lo hace de manera tan sencilla que podría haber aprovechado mejor su narrativa para profundizar en ellos.
Jim Carrey, como el excéntrico Dr. Robotnik, vuelve a brillar, dividiéndose entre su versión actual y una del pasado (abuelo y nieto, ambos interpretados por él). Aunque es carismático, algunas de sus escenas bordean lo absurdo, lo que puede desconectar a quienes buscan una narrativa más coherente.
Si hay algo que destacar sin reparos es la calidad de la animación. Sonic 3 es visualmente la mejor entrega de la saga, con secuencias dinámicas y fluidas que hacen justicia a los personajes y al mundo que habitan. Otro acierto es que la película reduce la participación de los personajes humanos secundarios, permitiendo que la trama se enfoque más en Sonic, Knuckles, Tails y, por supuesto, Shadow.
El backstory de Shadow, vinculado con experimentos científicos y traiciones, es un gran acierto y una muestra de lo que esta franquicia podría lograr si se atreve a explorar narrativas más profundas.
“Sonic 3” cumple como película familiar, con un ritmo rápido y momentos que destacan, especialmente en lo relacionado con Shadow. Sin embargo, la falta de profundidad en su narrativa general y el tono desigual entre la seriedad de Shadow y el humor infantil de Sonic hacen que el filme no alcance todo su potencial. ¿Es recomendable? Sí, especialmente para los fans y para un público infantil. ¿Es memorable? Solo por las escenas de Shadow y la espectacular animación.