3´5 Butacas de 5
Hay historias de amor que marcan la vida de todos nosotros. Sobre todo, aquellas que quedan en los recuerdos de la adolescencia. Las primeras miradas, las canciones en la playa, el último paseo antes de dormir. Momentos que quedan guardados a flor de piel en nuestro corazón.
L´Ofrena es el regalo en forma de película que Ventura Durall hace a nuestras vivencias. Una película llena de dolor, sufrimiento, culpa, perdón, pasión y la locura de dos seres destinados a curar sus almas, a perdonarse, entenderse y amarse. La película transcurre a través de dos vidas, la de Rita y Violeta. La primera, interpretada de manera brillante por Verónica Echegui es la de una mujer tocada por el dolor familiar que ha tratado de llevar a cabo su vida a través del placer, quizás la única manera de controlar un sufrimiento que la ha llevado al borde la locura.
Por otro lado, Violeta, con una maravillosa Anna Alarcón y en la que sus silencios y miradas controlan el sufrimiento interno que lleva padeciendo desde que su amor de verano Jan, decidió abandonarla sin motivo aparente. Años después, Jan aparece y tratará de recuperar a Violeta.
Ventura Durall dirige una película llena por algunos momentos de erotismo, del tórrido dolor del amor perdido, y del deseo de que los amantes se vuelvan a reencontrar. Un largometraje lleno de delirio, pasión y la ternura de un Alex Brendemühl que vuelve a demostrar con su presencia el excelente actor que es.
Un film que se arriesga a contar una historia sencilla en la forma pero con más complejidad sentimental y psicológica de lo que parece. Cada personaje posee capas tan diferentes que Ventura Durall pinta con suma delicadeza. Retazos de adolescencia con el tiempo actual de la madurez, una película muy personal en la que no cualquier espectador conectará, pero el que lo haga sentirá el duro tacto de la vida y el amor.