5 Butacas de 5
Felicidad que bonito nombre tienes cantaba La Cabra Mecánica en una de sus deliciosas canciones. Porque la felicidad es la sensación de alegría más humana que puede sentir cualquier ser vivo. Desde despertar cada mañana a ir al supermercado a por unos simples tomates, de abrazar a tu hija o simplemente mirarte al espejo cada mañana y cantarle a la vida.
La Boda de Rosa es el ejemplo cinematográfico de la felicidad. Una historia que cala en el corazón y que nos recuerda lo orgullosos que nos tenemos que sentir de vivir en un mundo con muchísimas cosas buenas. La nueva película de Icíar Bollain no es solo un canto a la vida, es una plegaria al ser humano, a las acciones que llevamos a diario con los demás y que aunque esta fauna urbana no valore lo que hacemos, cualquier persona es feliz con lo que hace.
Protagonizada por una excepcional Candela Peña, la actriz encarna a Rosa, una mujer servicial con los demás, que cuida su trabajo, vive por los suyos y estar pendiente a los demás, pero que por circunstancias de la vida decide parar el tiempo y casarse consigo misma. ¿Las razones? Las muestra su directora Icíar Bollaín a través de un guion y una imagen que hace que nos convirtamos en el aliento de Rosa, en las propias palpitaciones de una película realizada con toda la dulzura del mundo y con un agrio sabor en algunos momentos por la realidad que nos golpea a veces, esa que nos recuerda que debemos de querernos mucho más.
La protagonista está rodeada de un reparto increíble, no solo de nombres sino de talento. Un trabajo por parte del elenco que le da alas al largometraje y lo hacen sentir más vivo. Nathalie Poza, Sergi López, Ramón Barea y Paula Usero, un cuadro que convierte a La Boda de Rosa en el mejor convite para que los espectadores vayan a las salas. Si Candela Peña por este trabajo sí o sí debe de estar nominada a los Goya, es loable que también lo estén Nathalie Poza y Sergi López en reparto. Tanto él como ella están excepcionales en sus respectivos roles, una escapando de la realidad a través del alcohol y otro huyendo de la responsabilidad. Pero la vida es maravillosa pese a que nos golpe y Rosa es esa resistencia y calma que hará que las vidas de todos cobren sentido como cuando nos roza la brisa marina del verano.
Me detengo en Paula Usero, la joven interprete que crece a diario por sus papeles en Amar es para Siempre y la maravillosa Luimelia, una actriz que traspasa la pantalla y que en esta película es toda una revelación. Un rol que ejemplifica a la juventud, esa que aunque sea irresponsable a veces coge la vida por cuernos para darse cuenta de que aunque la realidad sea dura, una madre siempre es un regalo para la vida. La actriz brilla, demostrando una vez más el talento que posee y dando una pequeña lección de que tiene mucho aún que dar y crecer.
Una película hecha para curarnos de la soledad, para paliar estos tiempos tan tristes que impiden que toquemos a los demás. La Boda de Rosa toca el alma del que la ve, hecha con ternura, comicidad y el brillo de una realizadora que jamás se cansa de cantarle a la vida y al cine.
La Boda de Rosa es una historia de las que agarra la mano, te coge el brazo y te pinta una sonrisa al acabarla. Porque el tiempo es efímero, y si Rosa pudo decir “basta, quiero quererme más”, tú también puedes hacerlo, siente la marcha nupcial de la vida y hazla tuya.