Pese a que el Atlántida Film Fest clausurase presencialmente en Mallorca, las más de 100 películas que componen su programación se pueden disfrutar en Filmin hasta finales de agosto. A continuación os ofrecemos una breve crónica con algunos de los filmes más sorprendentes de la edición de este año. En esta ocasión casi todos ellos franceses.
Lirios de agua, de Céline Sciamma
4 Butacas de 5
Uno de los principales puntos de mira del festival gracias al éxito de Retrato de una mujer en llamas. Inédita en España hasta ahora, el debut de la realizadora francesa ya tocaba los temas que han caracterizado sus otros tres largometrajes. En esta ocasión, en la que también cuenta con una jovencísima Adèle Haenel, el despertar sexual tiene como foco dos adolescentes aparentemente incompatibles. Es imposible entender sin ella todo lo que Sciamma condensó en su última obra maestra, pues es aquí donde surge toda esa sutileza característica en su cine, en el que las miradas y gestos cobran mayor importancia que lo hablado.
La película, que remite a la búsqueda de la identidad personal al mismo tiempo que trata de entender el caótico microcosmos que rodea a una joven de 15 años, encuentra su fuerte en su profunda sinceridad y belleza. Sirve como despertar a lo que veríamos 12 años después: la erupción de una pasión salvaje.
Play, de Anthony Marciano
4’5 Butacas sobre 5
El tercer largometraje del director se impone como una de las joyas de la programación. Ya desde el pasado Festival de San Sebastián venía haciendo cierto ruido a través de las redes sociales y es que, además de justificado, merece todavía más. Si Boyhood era una apuesta original, Play la duplica en su arriesgado formato: 15 años vistos a través de una cámara. La cinta, que sigue a lo largo de los años la vida de un chaval desde que le regalan su primera cámara de vídeo, es una declaración de amor por parte del director a todos esos aficionados a las cintas. Es más, su propuesta comienza en los 90 con cámaras tradicionales, en pantalla cuadrada, y va ampliando la imagen a la par que la tecnología y sus personajes evolucionan.
Si el formato tan original sirve como medio conductor, su gran fuerte es el magnífico retrato que hace del paso de los años y los constantes avances y retrocesos que damos las personas. Todo ello en un envoltorio de lujo en el que, desde los primeros minutos de la cinta, todos nos sentimos identificados. Play es una película única y especial que se forma a partir de fragmentos de vídeo como si de nuestros propios recuerdos se tratasen… Recuerdos que producirán carcajadas y lágrimas a partes iguales.
Those Who Remained, de Barnabás Tóth
3’5 Butacas sobre 5
Si bien la comunidad cinéfila recibió con sorpresa y emoción el triunfo de Parásitos en la pasada temporada de premios, eclipsó tanto a las demás que no tuvieron apenas reconocimiento. Una de las afectadas por este fenómeno fue la húngara Those who remained, que si bien no estuvo entre las cinco elegidas de los Óscar, aguantó hasta la shortlist de 10.
Filmada con un estilo sobrio y sin alardes técnicos la cinta remite a una Hungría devastada tras la II Guerra Mundial en la que el sufrimiento queda implícito y el amor en primer plano. Un amor sincero y tierno marcado por adversidades de la época.
Las vidas de Marona, de Anca Damian
3’5 Butacas sobre 5
Rival de Buñuel en el laberinto de las tortugas y ¿Dónde está mi cuerpo? en los últimos premios de cine europeo, la película de animación francesa se consolida como una de las propuestas del festival para el deleite de toda la familia.
Con un comienzo directo en el que se nos revela el final de la película, Las vidas de Marona recorre la vida de una perrita y su forma de ver a los humanos. Contada a través de una animación en dos dimensiones que combina surrealismo con una pizca de onirismo (algo digno de aplauso en una era en la que la animación 3D es la predominante) la cinta se cuela en el corazón del espectador gracias a la adorable ingenuidad de su protagonista y a su preciosa banda sonora.
Revenir, de Jessica Palaud
2’5 Butacas sobre 5
El primer largometraje de la directora francesa es, a primera vista, uno de los filmes que generan más interés de este festival gracias a su presencia en la última edición del Festival de Venecia. Sin embargo, pese a contar con una protagonista del calibre de Adèle Exarchopoulos, se trata de un drama familiar que no acierta en sus momentos trágicos aunque sí en los más distendidos. Si bien cuenta con una gran actuación por parte de su protagonista, el escaso desarrollo de los personajes lastra la implicación del espectador en su historia.