3 Butacas de 5
Cuando ves en cartelera una película llamada “¡Qué suene la música!”, uno piensa inevitablemente en un musical en toda regla. Luego profundizas y ves que el título original era “Military Wives” y los ojos se iluminan porque esperas un drama intenso desde un punto de vista que, si bien es desconocido para el público, tiene tantas posibilidades de calarte que abruman. Y luego ves que ni drama, ni tensión y, si te despistas, a penas música.
Así nos encontramos con el fenómeno global de los coros de esposas de militares. Una historia basada en hechos reales centrada en un grupo de mujeres inglesas que forman un club de canto dónde florecen lazos inesperados de amistad mientras se ayudan mutuamente a superar sus temores por los seres queridos en combate.
Se trata de un film demasiado endeble, a veces incluso ñoño o edulcorado, para que sea algo malintencionado. Pero llega a la solemnidad justa para no ser etiquetada de comedia fácil. Si bien tiene al alcance de su mano temas de todo tipo que podrían convertir esta película en un drama militar digno de Oscar, se convierte en una especie de british movie de británicos inadaptados basada en una historia real, quedándose es una comedia plana y a ratos agradable sin grandes aspiraciones.
Y creo que se puede decir, sin ningún temor ni duda, que esta película se mantiene dignamente por el firme compromiso de Kristin Scott Thomas y Sharon Horgan. Este dúo de categoría, lejos de embarcarse en una interpretación arriesgada, da pie a una especie de “extraña pareja” de mujeres cuyo único objetivo es intentar pasar la una por encima de la otra. Si bien es verdad que todo pretende girar en torno a la pena y la superación por tener le marido en la guerra, apenas consigue calar en el espectador por dos razones: una falta total de empatía y conocimiento hacia los personas y un continuo desfile de escenas más propias de colegiadas de instituto que de mujeres casadas con el ejército.
En conclusión, por falta de tensión, drama, conflicto o incluso de un desarrollo sólido, no se trata de una gran producción con potentes giros dramáticos, pero a tu madre seguro que le encanta y como discreto homenaje a los círculos familiares con un miembro en el campo de batalla, seguro que funciona a las mil maravillas. Un film que consigue tocar las suficientes notas correctas a lo largo de la trama para disimular su falta de armonía general.