'Padre no hay más que uno 2': Una secuela (in)segura

'Padre no hay más que uno 2': Una secuela (in)segura

2´5 Butacas de 5

Con la reapertura de las salas de cine, la cartelera se ha quedado vacía en todos los sentidos. Por un lado, debido a las drásticas restricciones y al temor que la sociedad posee al COVID19, la audiencia que normalmente acudía al cine ha dejado de ir, reduciendo la asistencia en gran medida. Por otro lado, la situación actual en la que se encuentra Estados Unidos (recordemos, la capital del cine tal y como lo conocemos hoy en día) ha hecho que tampoco nos vayamos a encontrar con algunos de los grandes blockbusters americanos que estaban previstos para estos meses (como puede ser Viuda Negra, Tenet o Mulan). Sin embargo, lo que sí vamos a encontrar en los cines va a ser cine español a montones. Una de estas películas que tiene previsto salvar el año a las carteleras españoles es Padre no hay más que uno 2.

Padre no hay más que uno 2 nos devuelve a la historia de esta característica familia. Tras los hechos acontecidos en la primera cinta, Javier es un padre responsable. Cuida de sus hijos, se relaciona con las madres del colegio, y tiene feliz a su esposa. Es un hombre ideal. Parece que ha dado un giro de 180 grados. Sin embargo, un inesperado contratiempo hará dinamitar su feliz vida: la llegada de un nuevo miembro a la familia. Con Marisa de nuevo embarazada, todas las responsabilidades recaen de nuevo en Javier, aunque esta vez tendrá un enemigo al que batir: la suegra.

Antes de comenzar a realizar una crítica medianamente constructiva de este film, quiere dejar clara una cosa: es mejor que la primera. Tampoco mucho más, pero si es muchísimo más entretenida y tiene, al menos, un mejor planteamiento de la situación. A pesar de esto, hay que reconocer que Padre no hay más que uno 2 no es la mejor película del año. La historia no presenta ningún tipo de conflicto medianamente interesante para los espectadores, ni tampoco los personajes tienen grandes tramas. El único objetivo de estos personajes es hacer reír al espectador, por lo que la cinta se convierte en un gag falto de gracia constante. 

Porque sí, Padre no hay más que uno 2 no tiene ni pizca de gracia. No consigue sacarte una carcajada en la más de hora y media que dura su metraje. Sí, hay ocasiones en la que logra hacerte sonreír, o te saca una risa algo vergonzosa, pero la realidad es que no es una película especialmente divertida. Como hemos mencionado anteriormente, la película es más entretenida que la primera película, pero no quiere decir que lo sea especialmente. Se hace larga en varias ocasiones, además de terminar resultando aburrida y repetitiva. Definitivamente, no es una de las mejores obras de Segura.

Por otro lado, algo teníamos que decir del creador de este artificio: Santiago Segura. La dirección del madrileño no resulta innovadora ni talentosa. A raíz de esto, vemos que a lo largo del film encontramos escenas soporíferas y, en muchos casos, vergonzosas. La cinta solo comienza a despegar hacia la mitad del film, con la entrada en escena del personaje interpretado por Loles León (un personaje que, a pesar de ser el conflicto central de la cinta, no aparece por primera vez hasta cumplida la hora de metraje). La actriz logra elevar la película a otro nivel, haciendo que todo lo que habíamos visto anteriormente valga la pena. 

Uno de los valores positivos que podemos encontrar en esta película es su taquilla. A pesar de no resultar una obra maestra, Padre no hay más que uno 2 será todo un taquillazo para el gran público. Esto hará que mucha gente acuda al cine, un hecho que es digno de aplaudir en los tiempos que corren. La audiencia necesita volver a engancharse a las salas, para comprobar que es un lugar seguro donde poder disfrutar de grandes obras del séptimo arte. Y si va a ser esta cinta la que logre eso, que dios la bendiga. 

No mejoran las cosas en el apartado interpretativo. Ninguno de los protagonistas realiza una gran interpretación. La dirección de actores resulta exagerada y de todo menos talentosa. Todos los miembros del reparto parecen fuera de tono y sacados de su zona de confort, lo cual hace que la cinta no tenga esa naturalidad que requieren este tipo de comedias familiares. Las únicas dos actrices capaces de salvar este apartado son Toni Acosta (aunque ha tenido trabajos mucho más destacables que este) y la maravillosa Loles León, que gracias a su humor natural logra sacar una cinta que, por momento, parece condenada a suspender. 

En conclusión, Padre no hay más que uno 2 no va a ser la película española del año ni mucho menos. A pesar de resultar bastante más destacable que su antecesora y de tener a Loles León en su reparto, esta secuela termina cayendo en los mismo tópicos clasistas y antiguos de los que hacía alarde. Todo resulta exagerado, sin una pizca de naturalidad ni de humor (exceptuando algunas líneas de diálogo brillantes). Segura dirige de manera esperpéntica, haciendo que el espectador nunca llegue a entrar del todo en la locura de esta familia.