2´5 Butacas de 5
Estaba claro que la victoria de Parásitos en los Oscar iba a abrirle las puertas de nuestras salas al cine de Corea del Sur. Y eso es una noticia espléndida tanto para los fans de Bong Joon-ho, Kim Ki-duk o Park Chan-wook como para el espectador más generalista, que va a tener la oportunidad de descubrir las maravillas del thriller coreano. El problema (porque alguno tenía que haber) es que entre tanta joya siempre se va a colar algún producto menos brillante… categoría en la que, por desgracia, entra The Beast.
El principal problema de The Beast es que se desvía con tanta frecuencia de la trama principal que resulta casi imposible seguir el caso con el que abre el film. Hacia la segunda mitad es fácil haberse olvidado ya de que todavía se está buscando al asesino de una joven de 17 años: toda la atención está puesta ahora en dos oficiales de policía nada ortodoxos que compiten por un ascenso. Lo cual estaría bien si al menos se dedicase el tiempo suficiente a explorar a estos personajes y sus motivaciones, pero tampoco. El guion hace lo imposible para que no nos dé tiempo a sentir la más mínima empatía o interés por ninguno de ellos, porque todo lo que les ocurre parece inconexo o atañe a personajes secundarios que se presentan a toda prisa.
Los continuos giros argumentales y cambios de perspectiva, lejos de hacer que la película resulte más dinámica, la convierten en una maratón difícil de digerir con sus más de dos horas de metraje. Y es una lástima, porque el primer acto sí transmite una atmósfera de suspense bastante lograda, e incluso deja varios planos de gran calidad. Sin embargo, desde el momento en que cierto personaje hace su aparición (en una escena que casi parece un videoclip musical metido con calzador), The Beast pierde el rumbo y no vuelve a encontrarlo hasta los compases finales.
Para entonces, la sensación que se le queda a uno es que podríamos haber estado ante una historia muy interesante si al menos nos la hubiesen contado en condiciones. Tal vez habría sido más inteligente renunciar a algunas subtramas, o incluso haber cambiado cine por televisión para poder desarrollas todas en una serie. El caso es que The Beast hace lo último que debería hacer un buen thriller policiaco: aburrir. No es un desastre completo, porque al menos nos deja un par de escenas capaces de romper con el desconcierto generalizado y también esa meritoria primera parte. Pero a la hora de la verdad, los puntos negativos hacen olvidar a los positivos.