2 Butacas de 5
El género de la comedia de acción se ha utilizado en multitud de ocasiones para contarnos las historias de intrépidos detectives, inspectores de policía o reclutas con cierta torpeza que tratan de ganarse un lugar en el cuerpo de la ley. Ejemplos de comicidad y acción como los de Superdetective en Hollywood, Arma Letal y 48 horas, y otros en donde la acción es el principal ingrediente en la saga de Jungla de Cristal.
Si en España tenemos algo característico es que sabemos sacarle punta a todo. No solamente con picaresca sino a través de simples gags que parodian historias plasmadas en el cine, pero las hacemos a nuestra manera, formas que son las integrantes de parte del cuerpo de Superagente Makey, película dirigida por Alfonso Sánchez (El Mundo es Nuestro) y protagonizada por el cómico Leo Harlem, Jordi Sánchez y Silvia Abril entre otros.
La película producida por Atresmedia Cine, Álamo Producciones, Álamo Audiovisual Tercera Parte AIE y Mundo Ficción es una buddy movie a la española que busca principalmente la risa fácil en una época en la que el espectador lo agradecerá, ante la situación que vive la sociedad ante un terrible virus. Es precisamente en esa búsqueda del chiste fácil en la que el espectador derrapará de lleno al toparse con el gran problema de esta película: su guion.
Una historia que cuenta con los elementos básicos que podrían haberle dado alas al largometraje pero que se diluye a través de chascarrillos estereotipados en multitud de películas, además de un planteamiento que termina descarrillando de manera atropellada.
Leo Harlem es experto en hacer reír, es lo que siempre ha hecho y aquí estamos ante un festival de humor hecho a medida para el cómico, pero que no termina de cuajar debido a los diálogos simplistas y al continuo homenaje de películas del género. Parece que los guionistas, Jorge Lara (Zipi y Zape) y Fernando Pérez (Olmo y Robles) se hayan preocupado más en introducir constantemente guiños a las películas de acción de Hollywood que en construir una historia con sustento, armonía en la narrativa y por supuesto chispa, algo que tiene el film desde su inicio hasta los diez primeros minutos de la película. Posteriormente a eso, todo cae en simples clichés que harán disfrutar a quien busque un paliativo al sofocante calor.
Por otro lado, la labor de dirección de Alfonso Sánchez es uno de los aspectos positivos que tiene el largometraje. El actor y director goza de experiencia en su filmografía, lo que hace que el film gane en ritmo y frescura en algunas escenas aunque el guion no le haga justicia a su trabajo. En cuanto a Jordi Sánchez y Silvia Abril son meros pasajeros de una historia que elaborada de otra manera, si podría haber sido otra cosa.
En conlusión, Superagente Makey es un producto de una apariencia fresca para el verano pero que termina diluyéndose en simples gags sin chicha.