'¡Scooby!':¡Dónde están mis Scooby-Galletas!

'¡Scooby!':¡Dónde están mis Scooby-Galletas!

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Los Picapiedra, Los Supersónicos, El Oso Yogi, Jonny Quest… Han sido muchos los icónicos y legendarios personajes animados que nos ha regalado el estudio Hanna-Barbera a lo largo de su historia; series e ilustraciones que han formado parte de la infancia de muchas generaciones, entre ellas la de un servidor. ¿Quién no recuerda a la inteligentísima Vilma Dinkley, al guaperas de Fred Jones, a la simpatiquísima Daphne Blake y, por supuesto, a la pareja más descuidada y sinvergüenza de la pandilla scoobydooniana? Pues, queridos lectores, ¡este julio llega a la gran pantalla Scooby!, la nueva adaptación animada que a los fans le resultará algo pobre.

Cambiar la ilustración propia del siglo pasado por una más convencional no ha sido una evolución, todo lo contrario: un retroceso. Y no sólo resultará convencional la animación, también su infantil guion, pues se nota que han querido contentar más a los niños de hoy en día, que se conforman con cualquier distracción que les pongas delante de la pantalla, que al público adulto admirador de Scooby y compañía.

Esta franquicia siempre ha seguido un esquema claro a la hora de narrar sus historias. Los miembros de Misterios S.A habitualmente tenían que resolver un enigmático caso, presentándonos un falso culpable que no resultaba ser el verdadero causante de todos los males para finalmente desenmascarar al verdadero villano. Pues bien, aquí visualizamos una fórmula parecida pero bastante peor, ya que en esta producción no nos encontraremos con ningún tipo de misterio ni con el efecto sorpresa que nos tenían acostumbrados sus otroras adaptaciones.  

La película comienza en la etapa infantil de los protagonistas, donde nos representan el instante en el que se conocieron Shaggy y su acompañante canino y el momento en el que estos dos se encontraron por primera vez conl resto del grupo, concretamente en una noche de Halloween. El público querrá cambiar de aires rápidamente y que la trama avance a la etapa adulta, que a priori sería la que más ganas tendrá de ver puesto que ahí estará la esencia de los personajes y el divertimento que tanto estamos esperando. A posteriori, el espectador se lamentará de haber deseado eso, pues por lo menos sus primeros minutos eran vistosos y no molestaban. Este crítico siempre ha exigido un mínimo en las cintas de animación, que no es otro que el de entretener. Mucho pedía… Desde que una nave absorbe a Shaggy y Scooby, la trama se torna poco interesante e incluso aburrida, habiendo una presentación abstrusa de los nuevos personajes, que pasarán a ser, sin motivo aparente, los ídolos de la pareja protagonista. Dichos personajes serán relevantes en el devenir de la historia, pero causarán indiferencia en el espectador. Y es que los seguidores de Scooby-Doo no quieren otra cosa que no sea ver a toda la pandilla junta en acción, y eso no lo veremos hasta casi finalizado el título en cuestión, (y será durante muy poco tiempo). También se echa en falta esos diálogos y momentos hilarantes y absurdos que nos solían regalar Shaggy y su compañero glotón, como esa atracción y flirteo entre Fred y Daphne.

No van a ser todos aspectos negativos en este film. Los padres pueden encontrar aquí el momento de evasión que tanto estaban esperando tener con sus hijos en una sala de cine. Los críos neófitos disfrutarán con la música molona que acompaña a las imágenes durante ciertos instantes de la proyección, y que, al no haber visto antes nada de esta casa, pasarán por alto los desperfectos y el enfado que pudiera llegar a percibir un auténtico fan, pudiendo así gozar de un rato ameno con la que puede convertirse en su nueva patrulla canina. Otro de los aspectos positivos que pueden sacar en claro de esta adaptación es el importante valor de la amistad, y es que desde bien pequeños tenemos que saber apreciar al que tenemos al lado.

En conclusión, para el que escribe estas líneas, pese a su pobreza narrativa, Scooby! puede llegar a ser un disfrute veraniego para los más peques que no conozcan el universo Hanna-Barbera. Uno viene a por unas sabrosonas scooby-galletas y sale con unas tristes migajas…