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Existe una mala concepción de la terminología de payaso, uno de los oficios más hermosos que hay y que la sociedad se empeña en seguir catalogando de bufón. Una profesión que va más allá del espectáculo, labor que representa las miserias y alegrías del ser humano a través de un simple mortal que resquebraja su vida a través de las sonrisas y las tristes circunstancias que nos representan.
Marcelino, el mejor payaso del mundo, es la película de Germán Roda que rinde homenaje al circo, al artista circense que sale al escenario para alegrar la vida de los que se sientan a verlo, y que su alma en el fondo se rompe a través de la soledad sola. El retrato de Marcelino Orbés representa una vida de esplendor y de caída a los infiernos del cambio de una época en la que se tocaban sentimientos contradictorios de bondad y vanidad.
¿Y quién fue Marcelino Orbés? Pues fue el mejor payaso del mundo, desde 1900 a 1914, época en la que triunfó en Londres y Nueva York. Un artista aclamado por el público en cada una de las actuaciones que realizaba en el Hippodrome, lugar en el que le veían 2 millones de personas al año. La historia de un artista que el espectador descubrirá 150 años después y del que no se sabía de su existencia. Charles Chaplin siendo un joven chaval trabajó junto a él, e incluso Buster Keaton comentó que fue el mejor artista que vio sobre un escenario.
La película hace un excelente recorrido por su vida, desde su nacimiento en Jaca (Aragón), su andadura por España y su éxito internacional en Europa y USA. Un largometraje que se ha rodeado de un sublime Pepe Viyuela encarnando a Marcelino, y donde hace un ejercicio de interpretación sobresaliente recreando escenas de su biografía.
El trabajo de Germán Roda, director de la película, es otro de los puntos fuertes de la película no solo por rescatar recortes de la época, fotogramas o testimonios de profesionales del clown en su investigación junto a Miguel Ángel Lamata, es también de alabar la sinceridad con la que a través de la cámara y el trabajo de Viyuela, Laura Gómez-Lacueva, Alberto Castrillo-Ferrer, Salomé Jiménez, Nacho Rubio, Cristina Gallego, Angelo Crotti o José Piris se dejan la piel en las representaciones a través de la mímica y comentarios.
Marcelino, el mejor payaso del mundo es un homenaje a la vida sobre los escenarios y al amor por seguir haciendo disfrutar al público a pesar de la ruptura emocional del alma humana.