'Un blanco, blanco día': Hacia el abismo

'Un blanco, blanco día': Hacia el abismo

3´5 Butacas de 5

Un blanco, blanco día arranca con una escena que nos hace remontarnos a El resplandor de Kubrick. En esta ocasión, en lugar de ascender por la montaña, empezamos cuesta abajo, viendo como un coche trata de avanzar por carreteras al borde del abismo en las que la niebla lo cubre todo. Hasta que ocurre un accidente y el coche sale despedido hacia las tinieblas; las mismas que recorrerá el protagonista de la película.

La segunda película de Hlynur Palmason nos traslada a un pueblo perdido de la gélida Islandia en el que aparentemente no ocurre nada. De hecho, el director representa el paso de los años de forma directa mediante la sucesión de las estaciones durante la construcción de la casa que el protagonista (un jefe de policía jubilado) planea regalar a su hija y su nieta, sus dos únicos amores, pues su mujer falleció en aquel fatídico accidente de tráfico. Sin embargo, este policía decide volver a las pesquisas e investigaciones al sospechar que su mujer mantenía un romance con otro hombre.

A partir de esto la película pivota sobre tres ejes principales: el amor por su nieta, la tristeza por la pérdida de su mujer y la rabia que ha ido acumulando a lo largo de los años y que lucha por deshacerse de ella. Toda esta rabia queda canalizada en el tormento que le produce pensar que hubo otro hombre a sus espaldas, que pese a permanecer años con una persona jamás llegó a conocerla… A través de un ritmo pausado se van descifrando todas las incógnitas que rodean a este hombre perdido en la niebla cuyo salvavidas apenas tiene 5 años.

La película, protagonizada por un espectacular Ingvar Eggert Sigurdsson (que consiguió la nominación a los Premios de Cine Europeo de la última temporada) va cociendo a fuego lento hasta desembocar en una espiral de venganza que toma prestados los códigos del thriller para llevárselos a su terreno, logrando una ambientación siniestra al mismo tiempo que salvaje, pero cuya frialdad puede transformarse en ternura cuando florece una insólita relación abuelo-nieta.

Se trata de una cinta que combina el profundo dolor de una pérdida con el hastío de un hombre cansado de todo, al que le queda muy poco. Y finalmente tendrá que afrontarlo.