1´5 Butacas de 5
Últimamente se ha dicho que estamos viviendo una nueva edad de oro del cine de terror o del cine de suspense. Películas como Déjame salir o cineastas como Ari Aster o Robet Eggers son ejemplos de que este género está pasando por un momento de gloria. Esto no quiere decir que todas las películas que se hacen sean necesariamente buenas. También en los últimos años hemos visto como cintas como Nunca apagues la luz, Slender-Man, Cementerio de animales o Black Christmas no lograban superar las expectativas impuestas por otros títulos que ya son prácticamente clásicos contemporáneos del terror. Tristemente, otra que se unirá a las filas de este tipo de cintas es Fantasy Island, una película que no podrás tomarte en serio.
La historia nos sitúa en una remota isla (obviamente, llamada Fantasy Island) a la que irán a parar cinco desconocidos tras haber ganado unas fabulosas vacaciones en un concurso. Pero esta isla no es una isla cualquiera: tiene el poder de realizar cualquier cosa, de cumplir todas las fantasías (de ahí el título) de sus huéspedes. Los cinco protagonistas (Melanie, Patrick, Brax, Bradley y Elena) podrán lograr lo que siempre han querido gracias a los poderes sobrenaturales de este lugar. Lo que no saben es que, una vez que comienzas una fantasía, no pueden terminarla hasta llegar a sus últimas consecuencias. Y esas consecuencias, seguramente, no sean de su agrado. Hasta aquí parece hasta interesante. Tranquilos, va a peor.
Como comentaba al principio de esta crítica, Fantasy Island es una película que no puedes tomarte en serio por muchos motivos, principalmente porque no tiene ni pies ni cabeza. El guion, escrito por Jeff Wadlow, Christopher Roach y Jillian Jacobs, es todo un esperpento plagado de momentos incoherentes, que no tienen nada de lógica y sin ningún tipo de sentido. A pesar de que la premisa engancha y puedes adentrarte de primeras en la ¿terrorífica? historia de estos personajes, al final la trama termina resultando incongruente y, en definitiva, un sinsentido.
Seguramente os estaréis preguntando la razón por la que este guion es incoherente. Los guionistas no saben manejar la trama de una manera adecuada, ni tampoco el material a tratar es de buena calidad, quedándose una mamarrachada de serie Z que logra sacar más la risa que el llanto, en parte gracias a sus personajes planos, sus momentos de extrema vergüenza ajena y, sobre todo, porque termina por resultar no creíble. El texto está plagado de plot twists predecibles y muy manidos, de deus ex machina constantes, de agujeros de guion incontables y de una cantidad de chistes vergonzosos que lo única que conseguirá es que te lleves las manos a la cabeza.
Eso sí, hay que reconocer que, dentro de su mediocridad, es un divertimento muy plausible. Una vez que entras en lo que quiere contarte y te das cuenta de que nada tiene ni pies ni cabeza, es probable que incluso termine resultándote una película disfrutable y divertida para ver con amigos. La dirección de Jeff Wadlow es digna de telefilm y Fantasy Island no consigue funcionar como película a ningún nivel: ni como cinta de terror, ni como aventura, ni siquiera como una cinta de suspense. Lo único que logra aflorar en el espectador es la carcajada, por lo que podríamos decir que funciona como comedia. A pesar de todo lo que he comentado, hay que reconocer que la película resulta entretenida (una vez que entras en su juego, obviamente) e incluso que, dentro de unos años, acabe convirtiéndose en uno de esos clásicos de culto que terminan revalorizándose gracias a su imperfección.
En el reparto podemos encontrar lo mejor (y también lo peor) del panorama televisivo estadounidense. El trabajo de los actores tampoco puede resaltar en exceso, ya que todos cuentan con personajes arquetípicos y clichés del género. Es por eso que el quinteto protagonista no puede estar más desacertado: Lucy Hale logra una interpretación medianamente salvable en un personaje que hemos visto en millones de ocasiones en este tipo de películas; Austin Stowell consigue sin despeinarse la peor interpretación de la película, llegando a resultar vergonzoso su trabajo en escena; Maggie Q (una vez más, tan guapa como siempre), por otro lado, parece que es la actriz que más controla de todo el reparto, aunque se nota que no ha estado nada bien dirigida por el director. Por lo demás, todos intentan salvar los muebles de una película que parece errónea desde su concepción.
En conclusión, Fantasy Island está desacertada en todos sus apartados. Por un lado, la historia no podría estar más manida y ser más tipicorra, mientras que el desarrollo de las tramas no es para nada satisfactorio. No puedes tomarte la película en serio en ningún momento gracias a su desarrollo irregular, sus agujeros de guion, sus incongruencias narrativas, su mínima preocupación por la creación de personajes interesantes y por unas interpretaciones de todo menos talentosas. Una de las mayores decepciones del año y, seguramente, una de esas mamarrachadas que los cinéfilos terminarán adorando según pasen los años. Al menos, su torpeza narrativa conseguirá hacer reír al espectador y entretenerlo. No todo podía ser malo.