4 Butacas de 5
El próximo 14 de febrero llega a los cines el filme mongol El huevo del dinosaurio, la gran sorpresa en el Festival de Valladolidad-Seminci al alzarse con la Espiga de Oro a mejor película.
Dirigida por el cineasta chino Wang Quan’an, El huevo del dinosaurio desarrolla su acción en la estepa de Mongolia. En un muy interesante primer plano secuencia, los ocupantes de un vehículo descubrirán el cuerpo desnudo de una mujer asesinada. Otra mujer, una pastora de la zona, será la encargada de ayudar a la policía a proteger el cadáver gracias a sus habilidades para manejar el rifle y ahuyentar a los lobos. A partir de este momento, el espectador entrará en la lenta, pero nunca pesada, cadencia de la vida cotidiana de la mujer y los implicados alrededor de la asesinada de la estepa.
Es El huevo del dinosaurio un trabajo visual sublime que recoge todo lo salvaje e infinito de la planicie de la estepa de Mongolia. Apoyada en los grandes planos y un trabajo de sonido encomiable, la película mece al espectador en una acción digresiva, que se aparta de lo que podríamos pensar que es el hecho principal para centrarse en algo más concreto, pero a la vez universal: la vida.
La intensidad producida por los planos, el sonido y la seriedad de la protagonista femenina de la película se contrapone a unos divertidísimos policías que, sin tener ni idea del contexto social y político de Mongolia, me hacen dudar sobre si la personalidad de los habitantes de la región es así de entrañable o adorable. No obstante, el salvoconducto cómico funciona perfectamente en el relato.
No obstante, el espectador quedará encandilado con la vida de la protagonista. La pastora, de la cual desconocemos el nombre, es el símbolo de la vida que convive con la muerte en una tierra salvaje atravesada por una civilización que asoma en el horizonte de las vastas llanuras en forma de fábricas humeantes a pleno rendimiento.