3´5 Butacas de 5
Flamante ganadora a mejor película de animación en el Festival Internacional de Shangai y el Sitges Film Festival, El amor está en el agua llega justo a tiempo para el Día de los Enamorados. El 14 de febrero se podrá ver en salas de toda España la película del singular director japonés Masaaki Yuasa. No obstante, las adecuadas fechas para estrenar una historia donde, como se puede desprender del título, el amor es parte fundamental, la película de Yuasa es algo más que la típica tragicomedia romántica.
El amor está en el agua comienza con la mudanza de la surfista y estudiante de oceanografía Hinako a un pueblo de costa, donde conocerá al bombero Minato. Ambos entablarán una entrañable relación en la que la fascinación de Hinako por la personalidad altruista y solidaria de su pareja no hará más que ir en aumento. Sin embargo, un día de tormenta Minato sufrirá un accidente al intentar rescatar a una persona del mar. Hinako se sume en un estado de apatía y abandono que preocupa a los suyos hasta el momento en que, al cantar la canción que compartía con Minato, éste se presente en forma de espíritu del agua ante ella.
Sé que después de leer la reseña estáis pensando en lo cursi que suena todo. Es cierto, no os voy a engañar, El amor está en el agua tiene ciertos momentos verdaderamente cursis. Sin embargo, estos instantes no empañan el impecable trabajo visual al que ya nos tiene acostumbrados Masaaki Yuasa ni el excelente trabajo de guion de Reiko Yoshida, a la que ya conocimos gracias a la exitosa A Silent Voice. Mención especial para la culminación del elemento fantástico de la historia, que dejará a más de uno con la boca abierta.
Recomiendo relajación y dejar pasar los diez minutos de desarrollo del romance para poder llegar a una emotiva, intensa y, en ocasiones, verdaderamente divertida historia sobre la pérdida de un ser querido, pero también sobre la pérdida de uno mismo y las formas en las que cada uno afronta los baches en los que la vida se empeña en meternos.