4 Butacas de 5
La mítica figura del defensor del pueblo llano llega a la gran pantalla a través de un drama social de magnitudes empresariales basado en hechos reales. Así es Aguas Negras, el nuevo film del director Todd Haynes y que promete generar más de una polémica. Que se prepare el público para un crudo viaje que se extiende 20 años hasta el presente.
Inspirada en una impactante historia real, Aguas Negras nos cuenta la historia de un tenaz abogado que descubre el oscuro secreto que conecta un número creciente de muertes inexplicables con una de las corporaciones más grandes del mundo. En el proceso lo arriesgará todo para sacar a la luz la verdad.
Con una excelente ejecución y una técnica impecable, los planos precisos de Edward Lachman logran abstraer y deshumanizan lo urbano sin hacer en la banalidad. La atmosfera fría, gris, lúgubre y triste, de un mundo tomado por las empresas sin corazón, se hace más que latente durante toda la proyección.
Se trata de una película que no es, en absoluto, el típico thriller legal. Esta historia, discretamente reivindicativa, bebe directamente de los grandes dramas sociales de los años 70. Su reparto de lujo, capitaneado por Mark Ruffalo al frente y seguido de cerca por Anne Hathaway y Tim Robbins, brilla con luz propia y nos muestra unas actuaciones sólidas, duras y penetrantes. Seguramente está sea la actuación más resonada en el papel de abogado del pueblo desde el personaje de Atticus Finch en Matar a un ruiseñor.
Con un claro pero sutil tinte de alarmismo, este poderoso drama expresa de manera clara la desesperanza, impotencia y depresión, cada vez más común, a la que se enfrentan las personas y su modo de vida rural por culpa de la codicia y la muy alarmante falta de empatía de la que hacen gala las personas trajeadas.
Evitando caer en la trama sensacionalista o experimental para generar revuelo, el director se ha entregado plenamente a sus actores y su historia. El resultado es incuestionable: un trabajo sólido y que rezuma talento, sin caer ni una sola vez en lo ostentoso, que sirve a un mensaje realista y pulidamente narrado.
Como conclusión, se trata de una película que hará sentir esperanza y perturbación al espectador. Aunque su desenlace sea esperanzador, la sensación de inquietud y, por qué no decirlo, de miedo por una amenaza que no podemos prevenir convierten a esta película en una sonora llamada de atención.