Bueno. Pues finalmente aquí estamos. Terminando el año, una vez más. Además de llenarse las webs y redes sociales de listas con lo mejor del año, parece ser que toca las de la década. Creo que esa tocaría el año que viene, pero el pueblo manda y vamos a por ello hoy. Más que como una simple lista me gustaría que esto fuese considerado una celebración del cine. No importan los números, ni cuál entra o cuál se queda fuera, ya que es muy difícil escoger tan solo 51 de una enorme cantidad de cintas. Cabe aclarar también que esto es una lista subjetiva. Ni siquiera entiendo yo la forma con la que la he elaborado. He tratado de mostrar variedad, pero siempre atendiendo a mis sensaciones. También de repetir poco los mismos directores, algo que no creo haber conseguido. Estoy seguro de que muchas personas estarán en desacuerdo, pero eso es lo bonito. ¿Por qué criticar en lugar de compartir la pasión por el cine que a todos nos une? Con todo esto dicho, creo que podemos empezar. ¡Feliz año y disfrutad del cine!
51. IT FOLLOWS, de David Robert Mitchell (2014)
Elegir el número 51 ha sido bastante más difícil que los primeros puestos. A partir de aquí estoy echando de la lista cantidad de películas que han entrado. Todavía no estoy seguro de si este lugar lo debería de ocupar Enemy, Relatos Salvajes, The Neon Demon… De lo que sí lo estoy es que It Follows probablemente sea la mejor cinta de terror de la maravillosa hornada que la década nos ha regalado (La bruja, Midsommar, Babadook, Crudo…). Una cinta que explota los recursos de los 70 y 80, convirtiendo la película en un vaivén entre el terror de toda la vida con unos elementos innovadores, tremendamente provocadores y salvajes.
50. PARÁSITOS, de Bong Joon-ho (2019)
Serán muchas las listas del año encabezadas por esta cinta, la sensación de la temporada. A través de la crítica a las clases sociales, el director surcoreano nos ha regalado una cinta tremendamente fresca, original y divertida. Parásitos es la película que jamás pensaría uno que pudiese funcionar. Todo está condensado en ella: desde el drama familiar y la crítica social a la comedia desternillante, el terror y el misterio… Nunca es predecible qué ocurrirá en la siguiente escena y eso la convierte en fascinante.
49. MOMMY, de Xavier Dolan (2014)
Lo más sorprendente de Mommy no es su excelente calidad, sino que esté firmada por un chaval que por aquel entonces tenía 25 años. Pese a que no considero que sea su mejor película, sí es la más compleja. A través de un recurso narrativo más que interesante, la pantalla se estrecha y ensancha para contarnos la historia de un adolescente problemático y su relación con su madre. A partir de la simpleza el realizador cuenta la vida de personas, no personajes. No hay nada en ella que parezca impostado, todo fluye igual que los distintos géneros musicales que dan vida a la banda sonora.
48. UN DIOS SALVAJE, de Roman Polanski (2011)
A raíz de un conflicto entre dos chavales en el colegio el director construía una discusión hecha película. Una cinta cargada de gritos, mezquindades y giros malévolos. Brillante guion en el que nada es previsible, todo desarrollado en un salón de una casa. Como bien indica su título original: una verdadera carnicería.
47. STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA, de J.J Abrams (2015)
Con permiso de Vengadores: Endgame, el gran fenómeno mediático de la década. Y probablemente el mejor blockbuster. El retorno a la saga galáctica es, además de un inteligentísimo ejercicio de nostalgia y paso a lo nuevo, una cinta de aventuras de las que ya no se ven. Nos encariñamos con los héroes, reímos, lloramos… nos emocionamos. No creo que olvide las sensaciones tan maravillosas que me produjeron a los 16 años volver a esa galaxia muy, muy lejana.
46. PUÑALES POR LA ESPALDA, de Rian Johnson (2019)
Otra de las sorpresas que nos estamos llevado al final de la década. Odiado por muchos y amado por otros -desgraciadamente todo a raíz de su polémica visión de la saga galáctica- su última cinta es un híbrido entre Hitchcock y Christie y, como fanático de las novelas de la literata inglesa, esta película no podía dejar de estar en la lista.
45. INSIDE OUT, de Pete Docter y Ronnie Del Carmen (2015)
En una época en la que nos hemos hartado de secuelas -habitualmente flojas- por parte de Disney y Pixar, Del Revés es un rayo de luz en plena oscuridad. Otra preciosidad digna de la casa, con aroma a sus primeros largometrajes. Es tremendamente inteligente y simple al mismo tiempo, condensando poco tiempo ideas realmente complejas. La imaginación de Toy Story y Wall-E tuvo una sucesora que combina todos sus recursos con un humor delicioso.
44. VERANO 1993, de Carla Simón (2017)
Si alguien buscaba un drama perfectamente medido, bello y perfecto, no tiene más que acudir al debut de la barcelonesa. Probablemente la cinta más bella y emocionante del cine español en la última década. Ojalá más películas así.
43. INTERSTELLAR, de Christopher Nolan
Hemos tenido un buen puñado de aventuras espaciales a lo largo de la última década: Marte, Gravity, High Life, Ad Astra… Pero Nolan se ha ganado a pulso estar en esta lista. O al menos el recuerdo que tengo de ella. Una cinta tremendamente aventurera, imperfecta, pero épica. Contaba con una maravillosa relación padre-hija y una banda sonora espectacular.
42. HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE, de Mel Gibson (2016)
Quizás a muchos no les convenza su primera mitad, pero lo que es innegable es que la otra posee una fuerza visual tremenda. Es brutal, salvaje, dolorosa y épica. Qué más se le puede pedir a una película bélica.
41. WOLF CHILDREN, de Mamoru Hosoda (2012)
Mamoru Hosoda es un maestro cuando se trata de plasmar relaciones familiares en pantalla. Si bien con Mirai hizo un soberbio trabajo, fue Los Niños Lobo la que le catapultó hasta a ella gracias a una historia que combina de forma soberbia fantasía y realidad, tremendamente romántica y mágica. El amor hacia una familia no podría haberse plasmado de mejor manera.
40. VALOR DE LEY, de Joel y Ethan Coen
Como fanático del género, podríamos decir que True Grit es una de las grandes -y desgraciadamente escasas- cintas de la época. Los Coen reavivan un género muerto y enterrado en una cinta que, si no supera, alcanza el nivel de su predecesora.
39. LA FORMA DEL AGUA, de Guillermo del Toro (2017)
Guillermo del Toro se ha convertido en un maestro de los cuentos. Una cinta en la que converge la fantasía y la extrañeza. Una especie de La bella y la bestia para adultos; un mundo aparte en los que a todos nos gustaría vivir. Todo ello cargado de emoción y nostalgia.
38. SHUTTER ISLAND, de Martin Scorsese (2010)
Retorcida y fascinante a partes iguales, las investigaciones de dos detectives en una isla misteriosa sirven para hilar una telaraña que atrapa e intriga gracias a su desasosegante atmósfera. Además, tiene una de las mejores escenas de la década.
37. DJANGO DESENCADENADO, de Quentin Tarantino (2012)
Una de las películas con la que empezó mi cinefilia. Un homenaje al spaguetti western que tanto adora su director. No he vuelto a ella casi desde que se estrenó, pero guardo un grandísimo recuerdo de la diversión que me dio, de toda su maravillosa exageración. Y cómo no, de ese grandísimo Christoph Waltz.
36. MANCHSTER FRENTE AL MAR, de Kenneth Lonergan (2016)
Poderoso drama cargado de simpleza. La odisea de un hombre que busca su propio perdón por lo que hizo en un pasado. Un hombre que vive como un muerto en vida es obligado a afrontar su propia realidad. Y nosotros somos, además de testigos, partícipes de su viaje. Una obra tremendamente triste sobre un corazón roto.
35. TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS, de Martin McDonagh
La mejor película de los Coen que no es de los Coen. Con claro respeto hacia ellos, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, se postula como una tremenda cinta de denuncia. Una mujer cuya hija adolescente es violada y asesinada decide emprender una guerra contra la policía de su pueblo. A partir de ahí se desarrolla una cinta que no cae en tópicos, sino que lleva sus ideas hasta el final en busca de justicia. Todo a través de uno de los mejores guiones visto en años.
34. LADY BIRD, de Greta Gerwig (2017)
La nueva sensación en el indie estadounidense. Un enorme debut cuya autenticidad asusta. Todo en ella es una representación de la vida, en la que nos vemos reflejados con prácticamente la totalidad de sus situaciones. La vida de una adolescente no se ha representado con tanta frescura, emoción y sensibilidad.
33. EL RENACIDO, de Alejandro González Iñarritu (2015)
Son pocos los minutos necesarios para sentirse absorto en la odisea de Hugh Glass. Tras un inicio tremendamente brutal y salvaje -bebedor del desembarco de Normandía de Salvar al soldado Ryan– se desarrolla una de las grandes historias de supervivencia y venganza del cine. Una cinta que deja helado al espectador, y no porque se desarrolle en una América gélida.
32. LA FAVORITA, de Yorghos Lanthimos (2018)
Todo brilla en la última película del director griego. Desde las impresionantes interpretaciones hasta un guion perfectamente medido. Mezquindad y crueldad se fusionan en una lucha por el poder absorbente que retrata las miserias de la condición humana.
31. AMOR, de Michael Haneke (2012)
La única película de la lista que no estoy dispuesto a volver a ver. Por lo menos en mucho, mucho tiempo. Es una puñalada, una cinta tremendamente dolorosa por la realidad de sus situaciones. El director te arrastra por una espiral de sufrimiento en la que cada escena destroza más que la anterior. No recuerdo haber visto el horror de las enfermedades plasmado en una película con tanta fuerza.
30. LA CAZA, de Thomas Vinterberg (2012)
Encadenamos cine de sufrimiento, aunque no tan exagerado como la anterior. Con Wyler como referente, la cinta danesa muestra todo a lo que se ve sometido un hombre al que acusan de abuso a una menor. Narra con fuerza el desmoronamiento de la vida que puede suponer una mentira bajo una interpretación soberbia.
29. EL LOBO DE WALL STREET, de Martin Scorsese (2013)
Tremendamente salvaje y descarada, como su protagonista. Scorsese realiza una cinta ágil que va más rápido que el Lamborghini de su protagonista, Jordan Belfort, broker que fue acusado de infinidad de delitos financieros. El ascenso y caída de un hombre en el mundo de las finanzas representado con garra y desfase.
28. HISTORIA DE UN MATRIMONIO, de Noah Baumbach (2019)
Baumbach ha logrado su mejor obra este año. Experto en la representación de la vida, ha llegado a un punto culminante. Hemos visto en su filmografía sueños rotos, fracasos, emoción por lograrlos, adultos que no quieren renunciar a la juventud… y ahora ha dado el salto más grande. Considerada por muchos la Kramer contra Kramer del nuevo siglo, el director ha realizado una disección del divorcio con mano de cirujano, tan precisa como espontánea. Dejamos de ver actores para ver personas pasar por lo que probablemente sea el peor momento de sus vidas. Y qué triste es.
27. LA RED SOCIAL, de David Fincher (2010)
Tremenda descripción de la vida en tiempos de Facebook. Más allá de su excelente guion, siempre quedará la eterna pregunta a la que da lugar su eslogan “No haces 500 millones de amigos sin hacer algunos enemigos”. ¿Y es que acaso son todos amigos, o simples fans? ¿No son meros “me gustas”? ¿No estás realmente solo pese a todos esos seguidores?
26. LA VIDA DE ADÈLE, de Abdellatif Kechiche (2013)
Las dudas sobre la sexualidad pocas veces se han plasmado con semejante veracidad como en la cinta francesa. Tremendamente atractiva y llamativa, como el pelo azul de la coprotagonista, La vida de Adèle retrata el despertar del deseo y la madurez. Tierna por momentos, cruel por otros; pero siempre cercana y real.
25. COLD WAR, de Pawel Pawlikowski (2018)
Las grandes historias de amor deben ser calmadas, profundamente tristes y melancólicas. Así es como lo entiende el polaco, que traslada los elementos que hicieron de Ida una gran película a un romance durante la Guerra Fría cuyos protagonistas no pueden vivir separados, pero tampoco juntos. Filmada en un precioso blanco y negro y con un exquisito gusto por la música, Cold War desprende una belleza y tristeza excepcional digna del gran cine.
24. PERDIDA, de David Fincher (2014)
Se echa de menos a Fincher. Su última película es prueba de ello, un retorcido film que amplía los horizontes de la novela en la que se basa. Una película que bebe del mejor misterio para resultar hipnótica y apasionante.
23. EL GRAN HOTEL BUDAPEST, de Wes Anderson (2014)
Podría haber puesto perfectamente Moonrise Kingdom o Isla de Perros (amabas estuvieron en el último corte antes de las 50 finalistas), pero ser la primera película que vi del director hace que le guarde más cariño. Me fascinó esa estética tan cuidada y marcada, su música, sus personajes… No es para todos, pero sin duda es una aventura que vale la pena experimentar.
22. PADDINGTON 2, de Paul King (2017)
Tierna, encantadora, divertida… Todo eso y más es la secuela del osito más simpático de Londres. Si bien la primera entrega ya era lo suficientemente entrañable, su secuela explota todo lo anterior y lo eleva hasta el cielo. La ingenuidad de su protagonista trasmite una ternura propia del cine de Wes Anderson, en el que casi los protagonistas representan “el bien contra el mal”. Una verdadera cinta para toda la familia.
21. HER, de Spike Jonze (2013)
Es curioso que uno de los grandes romances de la década sea el de un hombre y su sistema operativo. Es una película extraña en su mejor sentido, original, brillante… Puedes cerrar los ojos y simplemente escuchar.
20. RETRATO DE UNA MUJER EN LLAMAS, de Céline Sciama (2019)
Pocas veces se ha rodado una historia de amor con tanta sutileza. Apoyada por las miradas y gestos de sus protagonistas, la francesa teje una íntima historia de amor entre dos mujeres. Posee una finura que traspasa la pantalla, en la que se unen un exquisito gusto por la música, la pintura y la mitología.
19. LA HABITACIÓN, de Lenny Abrahamson (2015)
Pocas veces se ha representado mejor El mito de la caverna. Bajo la premisa de un niño cuyo único mundo es una pequeña habitación se compone un relato desgarrador, tremendamente estremecedor y emotivo, con dos intérpretes que hacen historia del cine.
18. A GHOST STORY, de David Lowery (2017)
Lo que es una premisa extraña se transforma en belleza. A través de los andares de un fantasma se erige una película que juega con el tiempo para construir, a modo de laberinto desesperante, una poderosa odisea de sentimientos. Una película sobre el dolor de una persona al perder a un ser querido, pero también el de él al abandonarla. Sobre avanzar a pesar del dolor, sobre la soledad y el olvido.
17. JACKIE, de Pablo Larraín (2017)
Son pocos los biopics que no caen en lo formulaico y Jackie es uno de ellos. Larraín consigue transformar a la mujer del presidente en un personaje tremendamente interesante. Consigue que interese más aquello que aconteció después del asesinato gracias a un retrato tremendamente doloroso. Y como siempre, increíble Natalie Portman.
16. TULLY, de Jason Reitman (2018)
No recuerdo haber visto la maternidad plasmada con tanta veracidad y emoción en ninguna película. Vemos a una impresionante Charlize Theron hacer de madre exhausta, pero además funciona como estudio sobre la evolución de las personas: quiénes éramos y en qué nos hemos convertido.
15. ORIGEN, de Christopher Nolan (2010)
Si antes mencioné que Tarantino fue el primer autor que conocí como tal (antes simplemente me preocupaba de ver películas, sin saber quiénes eran los responsables), fue Nolan el otro que me tuvo obsesionado con todos esos sueños. Un laberinto al que volví muchas veces y cada vez encontré nuevas pistas.
14. COCO, de Lee Unkrich y Adrián Molina (2017)
La frescura combinada con la pasión de narrar historias. Son muchas las películas que hablan de la familia, pero pocas lo hacen con la desarmante verdad que desprende Coco. Y menos aún han sabido hablar de la muerte y la pérdida. Todo eso y más está aquí. Emoción, risas, lágrimas… todo ello acompañado de deliciosas canciones y una maravillosa ambientación mexicana.
13. DUNKERQUE, de Christopher Nolan (2017)
Son muy, muy pocas las películas bélicas que han plasmado la angustia de la guerra. Dunkerque traslada al espectador y le hace sufrir. Una película sobre la supervivencia de unos soldados anónimos que esperan su muerte casi sin atisbo de esperanza. Consigue un máximo realismo inmersivo del que se sale exhausto. La agonía traspasa la pantalla y nos hace sufrir.
12. CISNE NEGRO, de Darren Aronofsky (2010)
Sin haber vuelto a ella en muchísimos años, el recuerdo de un thriller psicológico brutal persiste en mi memoria. La autodestrucción vista a través del Lago de los Cines es una salvaje experiencia en la que vale la pena adentrarse.
11. BLADE RUNNER 2049, de Denis Villeneuve (2017)
Contra todo pronóstico, la locura de aventurarse en una misión casi imposible resultó maravillosa. La mejor cinta de ciencia ficción de la década bebe de su fuente original al mismo tiempo que amplía sus horizontes. Explora todo lo que planteaba la anterior al mismo tiempo que desarrolla una trama detectivesca. Y nos regala a Joi, probablemente uno de los 10 mejores personajes de los últimos años.
10. PRISIONEROS, de Denis Villeneuve
Con Fincher como referente, el canadiense realiza un thriller trenadamente intenso y desasosegante. La desaparición de una niña logra se convierte en una pesadilla intensa y sobrecogedora.
9. ANTES DEL ANOCHECER, de Richard Linklater (2013)
El final -hasta ahora- de una de las mejores trilogías de la historia del cine vuelve a ser más de lo mismo. Experto retratista de los sentimientos, Linklater sigue explorando a la mejor pareja de todos los tiempos, más de 15 años después de que los conociésemos. La normalidad de su desarrollo es contagiosa, todos los temas que va tocando surgen con absoluta naturalidad: como la vida misma.
8. ÉRASE UNA VEZ… EN HOLLYWOOD, de Quentin Tarantino (2019)
Una de las razones por las que me he aventurado en la empresa de escribir esta lista es la novena película de Tarantino. A través de la relación entre un actor y su doble de riesgo se erige una carta de amor al cine, a la industria, a los directores y a los espectadores. También al spaguetti western, y a Sharon Tate. Pero especialmente a la ciudad en la que creció y surgió su amor por el cine. Y todo ese amor ha sabido contagiárselo a los espectadores de la mejor forma posible.
7. BOYHOOD, de Richard Linklater (2014)
Es tremendamente emocionante volver a Boyhood. La representación de la vida de un joven desde niño hasta la adolescencia es conmovedora. Porque todos fuimos alguna vez su protagonista. Todas sus dudas también las tuvimos nosotros alguna vez; todas sus experiencias fueron nuestras. Plasma la vida y el paso del tiempo de forma magistral, casi mágica.
6. WHIPLASH, de Damien Chazelle (2014)
¿El mejor debut de los últimos años? Desde luego. Obra cumbre de la música en la que el director ya tocaba el principal tema que ha acompañado sus tres largometrajes: el esfuerzo por lograr una meta. Las interpretaciones de su dúo protagonista resultan tan vibrantes como la música jazz, nunca representada de este modo.
5. LOS ODIOSOS OCHO, de Quentin Tarantino (2015)
¿Qué ocurre si juntas el mejor spaguetti western con los diálogos de Reservoir Dogs? Pues que sale esta obra maestra. Tarantino mezcla y compone la que probablemente sea su mejor película gracias a una fusión de todo lo anterior que había hecho. A partir de un variopinto grupo de personajes desarrolla una trama de misterio y violencia sin dejar de lado la comedia. La versión -aún más- salvaje de Diez Negritos.
4. EL IRLANDÉS, de Martin Scorsese (2019)
La emoción que provoca volver a ver a todos reunidos no se puede expresar en una palabra. Uno de los nuestros y Casino han logrado una digna sucesora -cosa que de primeras parecería imposible- gracias al talento de un director especializado en el género. Scorsese ha logrado una de sus mejores obras en la que el relato habitual de mafiosos se mezcla con la historia contemporánea de Estados Unidos. Volvemos a tener ese montaje rápido y música de la época gracias a los que nos sumerge en el mundo de la mafia. Pero además, El Irlandés es una historia de amistad entre tres maravillosos personajes. Y tiene probablemente el mejor final de la década y uno de los mejores de la historia del cine. Scorsese y sus amigos se han ido haciendo mayores y ha sido hora de explorar el envejecimiento, la pérdida y, al final de todo, la soledad.
3. MEDIANOCHE EN PARÍS, de Woody Allen (2013)
El mejor Allen en años. Con influencia de La Rosa Púrpura del Cairo, el neoyorquino vuelve a combinar realidad y fantasía a través de viajes temporales en los que aparecen grandísimos iconos de la historia del cine, de la literatura… Un canto de amor a todas las generaciones pasadas y, fundamentalmente, al arte.
2. TOY STORY 3, de Lee Unkrich
Toy Story no solo me acompañó en mi infancia, sino que las sigo viendo y quedando maravillado por todo lo que fueron capaces de hacer. Brillantes todas, la tercera entrega fue el mejor cierre que ha tenido una trilogía en la historia del cine. Una cinta de aire clásico, una Gran Evasión protagonizada por todos los juguetes con los que crecimos. Combina comedia, aventura, terror, drama… Todo en tan poco tiempo. Y el final. Uno de los grandes de la historia del cine. Y quien diga lo contrario no es persona. Nunca se ha visto mejor representado el paso del tiempo y abandono de la niñez con tanta emotividad. Siempre habrá un amigo en todos nosotros.
1. LA LA LAND, de Damien Chazelle (2016)
Que no se ha dicho ya de ella. Sin dudarlo, una de las mejores películas de la historia del cine. Destila amor por el cine clásico -con Jacques Demy y Stanley Donen como principales referentes- y lo actualiza. Vuelve a insuflar vida a un género prácticamente muerto y celebra esa época pasada. Una carta de amor, ya no solo a todo el cine, sino además a las personas que tienen un sueño y luchan por lograrlo.