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El viernes 13 de diciembre se estrena en las pantallas españolas la película francesa Próxima. Dirigida y coescrita por Alice Winocour (Mustang), el filme causó sensación en el pasado Festival de San Sebastián, donde recibió el Premio Especial del Jurado. Un merecido galardón para un trabajo impecable de guion, dirección e interpretación con un poderoso mensaje feminista.
Próxima cuenta la historia de Sarah (Eva Green), una astronauta francesa de la Agencia Espacial Europea, única mujer de su exigente programa. Esta también es la historia de Stella (Zélie Boulant), su sensible hija de siete años. Ambas se verán arrastradas a un cisma en su relación madre-hija cuando Sarah sea asignada para la tripulación de la misión Próxima, que durará todo un año.
Sin duda, en esta película sobresaliente lo más destacado es la construcción de la relación de madre e hija y la interpretación de Eva Green y Zélie Boulant, que, usando el término de Vivian Gornick, se entrelaza en unos apegos feroces que electrifican cada uno de las interacciones entre ambas. No obstante, la actuación individual de la actriz principal merece mención aparte. Eva Green, que nos tiene acostumbrados a interpretaciones explosivas, ejecuta un trabajo de contención que acentúa más, si cabe, el mensaje feminista lanzado en Próxima.
Y es que Sarah se fuerza a lo largo de esta historia en mostrar su máscara de “normalidad” ante su hija, ante su exmarido, ante la educadora y, sobre todo, ante sus compañeros, que la evalúan exhaustivamente en busca de cualquier fallo que demuestre su debilidad. Próxima supone un relato que reivindica la presencia de las mujeres en los programas especiales en particular, pero también en ciencias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y, en general, en cualquier profesión que se haya entendido durante mucho tiempo como “de hombres”. Además, pone el foco en la gran diferencia entre hombres y mujeres: la maternidad. ¿Cómo compaginar ambas facetas sin renunciar a ninguna? Sin duda, dos temas candentes sobre la agenda feminista que Proxima expone con rotundidad.
Por otro lado, cabe destacar que la película de Winocour es un testimonio fidedigno de la dureza y del lado oscuro de ese brillo y glamour que rodea a la imagen que tenemos de los astronautas. Me quedo con la frase del compañero de Sarah (interpretado por Matt Dillon), que se convertirá en uno de los grandes apoyos de la astronauta: “No existe el astronauta perfecto y tampoco existe la madre perfecta”. Y con esta cita se resume el mensaje de esta delicada, conmovedora y agitadora película.
P.D.: Recomendable quedarse a los créditos, donde se hace homenaje a las escasas astronautas y madres que soñaron con las estrellas y consiguieron estar un poquito más cerca de ellas.