4 Butacas sobre 5
Fernando Mereilles posiblemente no es un director cuyo nombre sea muy conocido. Si bien el responsable de una obra tan grande como Ciudad de dios debería de ser recordado eternamente, parece que se le ha olvidado como figura de director. Encadenó Ciudad de Dios y El jardinero fiel, pero en los últimos años no ha realizado ningún proyecto destacable. Hasta ahora. De la mano de Netflix -creo que ya podemos decir que este es su año- nos llega su nueva propuesta: Los dos papas.
La película, que arranca con la muerte del papa Juan Pablo II y la elección de su sucesor, Benedicto XVI no es lo que podría parecer a primera vista. Si bien podría parecer un biopic o una película destinada a ensalzar la figura del pontífice, deja claro que no lo es a los pocos minutos de comenzar. La cinta desarrolla una serie de conversaciones entre Ratzinger y Bergoglio antes de que este le sucediera en el cargo, por lo que estamos ante una cinta en la que lo realmente potente son su excelente guion y brillantes actuaciones. Anthony McCarten, guionista de La teoría del todo y El instante más oscuro, desarrolla a través de las líneas una serie de temas de actualidad que son sucedidos con perfecta cohesión, al tiempo que Hopkins y Pryce deslumbran en sus respectivos papeles.
Gracias a todo esto el film funciona a tres bandas. En primer lugar la histórica, ya que desarrolla la vida del Papa Francisco desde su juventud hasta la actualidad. A raíz de eso y con un uso excepcional del material de archivo podemos presenciar varios momentos de la historia de Argentina y del Vaticano. También funciona como crítica a la religión. Antes mencionaba que podría parecer a primera vista una película dirigida exclusivamente a los devotos, pero no es así. A raíz de las diferencias entre los dos personajes se desarrollan una serie de críticas debido al conservadurismo de Benedicto XVI y cómo trató de esquivar situaciones importantes que precisaban de su atención. Y por último, lo más importante, funciona como reflexión. Hace una crítica hacia determinados aspectos de la Iglesia y reflexiona sobre la necesidad de cambio que existe ahora mismo. Todo esto mostrado a través de sutilezas del guion, de pequeños detalles y del choque de actitudes entre ambos protagonistas.
Pero que tampoco os engañen todos estos temas. La película es sencilla y en muchos momentos divertida. No sólo muestra el contraste de ideas a través de temas importantes, sino que también hace un divertido juego relacionado con los gustos culturales de cada uno, ya sean liberales o más pulcros.
Cabe mencionar también la soberbia dirección que logra Mereilles, con una puesta en escena que consigue exactamente lo que busca. Un uso de los primeros planos para enfrentamiento de ideas y de manejo de la cámara adaptada a cualquier situación, desde escenas de confort a las más tensas. No puedo dejar de mencionar la existencia de varios de los planos secuencia que hay y, en particular, el estilo y forma en un precioso blanco y negro de una secuencia. A priori son decisiones estilísticas que no parecerían funcionar en una película de este estilo. Y todavía no he mencionado que suena ABBA. Y es que todo esto sirve como un propósito: pasar de lo conservador a lo liberal.
Existe una necesidad de cambio en el seno de la Iglesia de la que todos somos conscientes, y Los dos papas desarrolla esta idea de forma entretenida y divertida, pero fundamentalmente reflexiva.