3 Butacas de 5

Como crítico que ya ha vivido unas cuantas funciones infantiles, sé que elegir una película para los más pequeños puede ser una misión tan complicada como la de Pang, el protagonista de “Misión Panda en África”. Así que, si estás considerando llevar a tus hijos al cine este fin de semana, esta propuesta animada europea puede ser una opción.
Desde su premisa, “Misión Panda en África” tiene algo distinto. No es la típica historia llena de colores, chistes frenéticos y canciones pegajosas. De hecho, podría decir que eso es tanto su mayor virtud como su mayor problema.

La historia sigue a Pang, un panda adorable, curioso y valiente que vive en un tranquilo pueblo chino. Su mejor amiga, la dragona Jielong, es secuestrada y enviada como un “regalo” para el joven rey león de África, y Pang, sin pensárselo, decide emprender un viaje por todo un continente desconocido para él. En el camino, conocerá nuevos amigos (como un simpático y muy travieso mono), pero también enfrentará desafíos que pondrán a prueba su valor.
El guion, coescrito y dirigido por Karsten Kiilerich y Richard Claus, tiene una intención clara: hablar sobre la tolerancia, la amistad y lo que significa sentirse extranjero. El mensaje es potente, especialmente para niños que empiezan a explorar el mundo y a notar diferencias. Hay algo muy interesante en mostrar a un panda desubicado en África, aprendiendo con curiosidad y humildad.

Aunque la idea de mezclar culturas, mitologías y escenarios (El Rey León + Kung Fu Panda) parece brillante sobre papel, el resultado no siempre termina de cuajar. La película tiene un ritmo irregular, sobre todo los chistes, con momentos de bastante diálogo que pueden desconectar a los más pequeños.
Y para los más grandes (8-12 años), los chistes pueden sentirse algo simples o hasta pasados de moda. La animación, además, aunque correcta, tiene un aire muy 2008, lo cual se nota en las texturas, los movimientos algo rígidos y la escasa expresividad de algunos personajes.
Lo que sí se agradece es que la película no subestima a su audiencia. A pesar de sus limitaciones técnicas, intenta contar una historia con corazón, sin caer en lo estridente ni en el exceso de estímulos visuales.

Además, el hecho de que esta película formara parte de la Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy habla bien de su propuesta artística. Claus y Kiilerich han apostado por una narrativa con valores claros que sí le da un lugar especial entre las películas animadas del momento.
Si tus hijos disfrutan de las aventuras a lo road trip con mensajes sobre el respeto y el valor de la diferencia, “Misión Panda en África” puede ser una linda experiencia. No esperes carcajadas ni una explosión de colores, pero sí una gran lección envuelta en una historia creativa cuanto menos.
