3 Butacas de 5

Mario Casas en Utrecht. Con estas palabras se puede resumir el contenido de la ópera prima de Gerard Oms, quizá la más autobiográfica de todas, pues la estrella de cine es el alter ego del director, pero, casi en todo lo demás, reproduce la etapa que este último vivió como inmigrante precario en la ciudad holandesa entre 2008 y 2009. Otra pequeña diferencia está en la premisa, ya que el protagonista viaja aquí como parte de la afición del Espanyol, en un partido de fútbol, y toma una decisión repentina y algo inverosímil para quedarse en esa ciudad nueva para él. A partir de ahí, en cualquier caso, la historia se limita a seguir las peripecias de este joven para ganarse la vida, logrando sin ambages hacernos partícipes de su padecimiento.

Más allá de la meritoria interpretación de Casas, es el estilo realista de Muy lejos el que le otorga su autenticidad, para creernos en todo momento que, efectivamente, estamos siguiendo las vicisitudes de un inmigrante, desde su búsqueda de trabajo y residencia hasta la forja de nuevas amistades o el aprendizaje de otro idioma. El actor se presta a este austero ejercicio de supervivencia, rodado casi a modo de guerrilla, con las consiguientes libertades, pero también limitaciones. Con todo, a medida que avanza el metraje se vuelve algo repetitivo, no carente de interés, pero sí con una energía decreciente, a falta de estímulos dramáticos más allá de algún instante clarificador. La renuncia al marco expositivo desemboca en un final abrupto que nos deja con una sensación agridulce, pues habríamos deseado algo mejor para este personaje con el que pronto empatizamos.
