3’5 Butacas de 5

Este viernes 28 de febrero se estrena en cines de España A Complete Unknown (2024), la nueva película dirigida por James Mangold (Logan, Inocencia interrumpida) y protagonizada por el actor de moda Timothée Chalamet (Dune) sobre la vida del músico Bob Dylan. La cinta se basa en el libro Dylan Goes Electric! De Elijah Wald y, sin dejar de ser un biopic bastante convencional, consigue trasladar las inquietudes clásicas del artista y tiene momentos de una tensión escalofriante.

En la Nueva York de principios de los años 60, el joven cantante de folk Bob Dylan (Timothée Chalamet) logra un meteórico ascenso hasta convertirse en un fenómeno musical mundial. En su vida privada va de un amor a otro y en la profesional debe lidiar con los intereses de su entorno cuando su creatividad artística empieza a derivar en el rock electrónico.
Es cierto que siempre han existido los biopics musicales —Ray (2004), En la cuerda floja (2005)—, pero estos últimos años parece haber una tendencia mayor a producir películas sobre la vida de grandes estrellas de la música —Elvis (2022), Back to Black (2024), María Callas (2024)— que además no parece que vaya a terminar pronto, pues ya hay previstas biografías sobre Michael Jackson o The Beatles.

A Complete Unknown —título extraído de la letra de Like a Rolling Stone: “How does it feel, how does it feel? / To be without a home / Like a complete unknown, like a rolling stone”— no rehúye las formas narrativas típicas de las películas de su género tan ligadas a los hitos reales y más reconocibles de la vida pública del artista en cuestión, en alternancia con una vida privada en constante autodestrucción por la inestabilidad en que abocan el éxito desmedido y la fama. No obstante, y pese a construirse sobre estas bases, Mangold logra traducir en imagen un guion que él mismo escribe junto a Jay Cocks (Gangs of New York, Silencio) de la forma que mejor sabe; consiguiendo que todo fluya con el rimo preciso y la tensión a cerca del devenir del músico estalle en los momentos más indicados.
No sé cómo de cercano a la realidad es el relato de A Complete Unknowkn pues, sinceramente, desconozco bastante la figura de Dylan, pero cumple con una cuestión principal para un buen biopic musical y es la arrolladora presencia de su protagonista y su enorme carisma, que sirven para plasmar el mayor conflicto de la película: el dilema sintetizado en el apoteósico —y mejor secuencia del filme— concierto final del Newport Folk Festival sobre tocar lo que el público pide o lo que la pulsión interna clama; la integridad del artista y su necesidad inherente de dedicarse a su pasión sin injerencias externas.

Timothée Chalamet —de nuevo, sin conocer demasiado sobre Dylan, y sin que realmente me importe demasiado pues la interpretación no es imitación— interpreta con una personalidad desbordante fundamental en una película como A Complete Unknown, sin perder un ápice de presencia en cada una de las complejas situaciones sentimentales e industriales en las que se ve envuelto el cantante. Esta trinidad que forman actor protagonista —Chalamet —, guion —Cocks y Mangold— y dirección —Mangold—, apoyada en satélites como la descomunal Elle Fanning y el perfecto montaje de Andrew Buckland y Scott Morris, convierten la película sobre Bob Dylan en una obra disfrutable sin necesidad de ser fan del cantante, así como ciertamente profunda en su mirada sobre la identidad del artista y la debilidad humana. No es demasiado innovadora, pero lo que hace lo hace muy bien, y se agradece.
