'El Secreto del Orfebre': apasionará a los amantes del género

'El Secreto del Orfebre': apasionará a los amantes del género

2’5 Butacas de 5

Este viernes 28 de febrero se estrena en cines de España El secreto del orfebre (2025), la segunda película dirigida por Olga Osorio (¡Salta!) y protagonizada por Mario Casas y Michelle Jenner, que adapta la novela homónima de Elia Barceló. Con una narración ligera y bastante entretenida, Osorio recupera cierto aroma del romance clásico y juega con la idea del amor intemporal.

El prestigioso orfebre Juan Pablo (Mario Casas), se detiene en su pueblo natal antes de viajar a Nueva York por trabajo. Allí los recuerdos le devuelven a su juventud y al gran primer amor que cambió su vida.

En su anterior película ¡Salta! Olga Osorio ya jugó a combinar líneas temporales para reforzar la idea del unión y fraternidad entre humanos. En El secreto del orfebre, el tiempo ocupa un lugar igual de importante en la historia pues, más allá de concreciones, el filme busca transportar la idea de que el amor no se extingue y puede permanecer oculto durante años, hasta que ese lugar o persona indicados vuelven a aparecer.

La directora hace gala de una puesta en escena más que correcta para describir la toma del amor a la que se entregan sus personajes, cada uno afectado por diferentes de sus síntomas. Celia vislumbra en su interés romántico una posibilidad de escape —en una España profundamente aquejada por la mirada patriarcal— que además alienta sus inquietudes vitales, en cambio Juan Pablo encuentra en la chica un modo de conectar con un sentimiento remoto que permanecía en un lugar inaccesible desde que tiempo atrás lo encerró en ese mismo pueblo.

Osorio sabe lo que hace, pero su película queda lejos de la notable ópera prima que firmó el año pasado y, pese a sus solventes decisiones narrativas, de dirección y en el diseño de producción, no logra ser demasiado memorable, en gran parte porque nada de lo que en pantalla sucede es tan trascendente como parece que se propone. Hay aciertos y un aroma de emoción que hará salivar a los más amantes del género romántico, pero lo excesivamente literario y presuntuoso de muchos diálogos choca continuamente con la intención de empatizar con sus personajes. Desconozco si se trata de una obra de encargo, pero lo parece, y el resultado es una película muy entretenida con el amor romántico como objeto exclusivo, que pasa volando sin dejar de ser un divertimento de sobremesa con mayor calidad que la media.