'Daniela Forever': La abstracción de la realidad como solución a sus sinsabores

'Daniela Forever': La abstracción de la realidad como solución a sus sinsabores

3 Butacas de 5

Nicolas (Henry Golding) es incapaz de recuperarse tras perder a su novia Daniela (Beatrice Grannò), pero un día le invitan a formar parte de un ensayo clínico que le permite controlar sus sueños. Desde entonces, sueña con su amada cada noche para no dejar morir su relación, pero corre el riesgo de perderse para siempre.

En Daniela forever, Vigalondo lleva a cabo un ejercicio de ciencia ficción enfocado en deconstruir el depresivo proceso tras la ruptura amorosa, en base a unos códigos que mezclan elementos de Black Mirror, el universo de Charlie Kaufman y un toque de humor ligero para aliviar el drama. Pese a perderse un poco en su locura final, le sale bien la jugada al director de Los cronocrímenes.

Es interesante el cambio de formato para diferenciar ambas realidades en la película: la real y la idealizada, la tristeza y la alegría; aunque terminen por solaparse de forma irrefrenable. Un planteamiento de abstracción de la realidad como solución a sus sinsabores, que reflexiona sobre la deriva tecnológica de nuestro mundo y defiende su valor material, al tiempo que funciona como exquisita fábula sobre el egoísmo inherente al amor y su enorme fuerza para condicionar la vida. No es perfecta, ni especialmente memorable, pero consigue atrapar con su propuesta durante casi todo su metraje.