'Capitán América: Brave New World': Marvel Studios sufre una anemia crónica

'Capitán América: Brave New World': Marvel Studios sufre una anemia crónica

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Que el cine de superhéroes está en horas bajas debido a un empache lo sabe hasta el jardinero, sin embargo, Marvel Studios no parece dar con la fórmula secreta para revertir su ocaso. Con esta nueva entrega, el gigante controlado por Kevin Feige trata de dar continuidad a un Capitán América en horas bajas. Capitán América: Brave New World es un trozo perdido más de un multiverso que navega a la deriva.

Tras reunirse con el recién elegido presidente de Estados Unidos, Thaddeus Ross (Harrison Ford), Sam (Anthony Mackie) se encuentra en medio de un incidente internacional. El nuevo Capitán América debe descubrir la razón detrás de un complot global antes de que la verdadera mente maestra tenga al mundo entero viendo rojo.

Esta es la cuarta entrega del Capitán América y la numero treinta y cuatro de un Marvel Studios que no levanta cabeza. Siguen cometiendo los mismos errores al herir sus películas de muerte con textos repetitivos y autoexplicativos (diseñados para personas con déficit de atención), personajes poco carismáticos, situaciones forzadas y falta de ideas originales. La nula apuesta por un universo visual único, como si lo hicieron con proyectos como WandaVisión o Doctor Strange: el multiverso de la locura, lastra a unas propuestas que ya ni en la acción lucen.

Capitán América: Brave New World es una sucesión de lugares comunes donde los actores (incluido Harrison Ford) son meras marionetas colocadas en una X marcada en el suelo que dicen un texto artificial. La acción no brilla y los efectos digitales son cada vez más pobres, evidenciando una falta de apuesta por ideas renovadas y frescas.

La película se autodestruye nada más empezar, al no saber darle la entidad necesaria a una película del Capitán América. La cosa se queda en una mezcla entre un cine de espías pobre y uno de acción militar de serie B. Nada ni nadie levanta una película herida de muerte. Con un eje temático vacío y un mermado gusto por la espectacularidad, la cinta se convierte en un mero entretenimiento de parque de atracciones aburrido, porque ni siquiera es la montaña rusa en la que te gustaría montar.

Capitán América: Brave New World viene a evidenciar la anémia crónica que sufre Marvel Studios y el cine de superhéroes. Ya no son capaces de generar imágenes y situaciones icónicas. Ahora nos tenemos que conformar con refritos pasados de rosca que no consiguen más que sonrojar al espectador.