3 Butacas sobre 5
No resulta reconfortante ver en el cine dramas realistas. El ojo humano percibe una cantidad considerable de historias dramáticas a diario, que chocan ante nosotros cuando aparece plasmado en la pequeña o gran pantalla. La vida a fin de cuentas puede ser tomada como una comedia o un drama en el que miles de personas tratan de salir hacia delante ante las injusticias sociales y gubernamentales de los que gobiernan.
Gloria Mundi no difiere en absoluto de lo que la sociedad nos plantea a día de hoy. Un drama social actual que bebe de todas las circunstancias que acaecen en cualquier ciudad actual, y que se rige por las directrices de un gobierno liberal, en este caso el francés de Macron.
Robert Guédiguian traza en la película un dibujo actual, crítico, elocuente y en diversos tramos de la película forzado. Una narración tan sencilla a veces como caótica en otros momentos, son algunas de las partes a destacar para bien y mal de un trabajo que funciona como denuncia y drama melancólico pero que descarrilla en los acontecimientos escalonados que se vierten en el film.
La historia parte de la premisa del nacimiento de un nuevo miembro de una familia de clase media. El grupo familiar trata de salir hacia delante en una sociedad marcada por el liberalismo, los pésimos sueldos, las huelgas e incluso hay tiempo para mostrarnos la disputa entre taxistas y conductores de Uber. Cada miembro de la familia tiene una historia personal, los jóvenes que valoran exclusivamente el dinero y el placer, la comodidad por encontrarnos todo hecho, las infidelidades, y la melancolía por tiempos pasados en los que se parecía vivir mejor.
El cineasta expone con absoluta razón todo las circunstancias de sus protagonistas y que viven miles de personas actualmente, pero es precisamente en su razón donde se percibe el gran problema del film. Al caos social del cineasta le falta una moderación en la historia, que pare el ritmo dramático y permita respirar al propio ritmo del film. Pese a esto, la película funciona notablemente gracias a las interpretaciones de su elenco, dejándose la piel en cada uno de los momentos y con una música en diversos transcursos de la película que ayudan al contexto.
En conclusión, Gloria Mundi es un drama bien construido sobre los cimientos actuales, pero que se derrumba ante la cantidad de argumentos que expone el cineasta, pero con muchísima razón.