4 Butacas de 5
¿Cuántas veces hemos leído, visto o escuchado el cuento de la Bella y la Bestia? Muchas. ¿Cuántas veces hemos leído, visto o escuchado la expresión “lo importante está en el interior? Demasiadas. Pues bien, A different man coge estos dos arquetipos, los moldea a su manera y nos entrega una metapelícula reflexiva sobre la belleza y la moral humana. Aaron Schimberg se da el lujo de ironizar sobre su propia película y utilizar al gran Sebastian Stan como inesperado caballo de troya.
El ambicioso actor neoyorquino Edward se somete a una intervención quirúrgica radical para transformar drásticamente su aspecto. Como resultado, muchas cosas cambian en su vida y, sin embargo, todo sigue perturbadoramente igual. Aunque haya cambiado exteriormente y pueda empezar una nueva vida, sigue siendo quien es y no quien quiere ser. Entonces se pierde el papel de su vida y su nuevo rostro de ensueño se convierte en una pesadilla.
A different man juega con ventaja frente a un espectador cargado de prejuicios. La película va siempre un par de pasos por delante. Cuando crees que sabes lo que vas a ver y tienes el esqueleto de una película de Bella y Bestia arquetípico entre las manos, se deshace con un giro argumental brillante. Y es que la cinta va de eso, de las expectativas frustradas, de las apariencias engañosas, de esas personas que justifican sus actitudes a una condición física dada. La película demuestra que no es tu cara de guapo, sino tu actitud de mierda. O al menos es lo que da a entender.
Sebastian Stan está sobresaliente interpretando a un personaje que sufre un cambio físico radical, pero que no consigue deshacerse de una frustración anclada en lo hondo de su ser. A different man es, por momentos, una contradicción en sí misma, una película que se cuestiona a sí misma a través de un diálogo metaficcional que le sienta muy bien. Rompe los esquemas y consigue devolvernos el golpe con contundencia.
Hay detalles de puesta en escena que desconciertan, zooms incoherentes que no se vuelven a ver más o reiteraciones demasiado evidentes que lastran el ritmo de una primera mitad que, de no ser por el giro argumental, hubiese hecho fracasar la propuesta. Sin embargo, A different man es una película inteligente que se refugia en un gran guion para hacer de las suyas. Quizá lo más valioso de la cinta es cómo demuestra de forma tan natural y sencilla como la percepción de una persona puede cambiarlo todo.
A different man reflexiona sobre la identidad, los cambios físicos y de qué manera estos podrían o no afectar a nuestra personalidad. Una película que nace como respuesta a un momento donde la identidad y la belleza está tan cuestionadas.