4 Butacas de 5
Alberto Utrera dirige ‘Desmontando a Lucía’, una película difícil de clasificar dentro de un género cinematográfico, ya que mezcla thriller con tintes de comedia y un estilo noventero que marca el ritmo de la obra.
La historia comienza cuando Lucía es detenida por estar conduciendo el coche de Héctor, su novio, ensangrentada y aturdida. No sabe dónde está el chico ni su amiga Elena, con quienes estaba pasando un fin de semana en la playa. Únicamente recuerda una discusión y que le rompió una botella en la cabeza a Héctor, lo que explica la sangre. Sin embargo, su abogado le dice que necesita más para que el juez se lo crea.
Ahí es cuando entra en acción Simón, un investigador privado (que pretende pasar por perito judicial), a quien el abogado, Oliver, le pide ayuda para averiguar qué pasó. Está obsesionado con las películas de cine negro, lo que le llevará a romantizar la situación, que cada vez se vuelve más compleja, y complicará las cosas con Lucía.
La trama, más allá de ser enrevesada en muchos momentos, tiene un ritmo y un montaje que recuerda el estilo del cine de los 90 y consigue atrapar de esa manera.
Aunque lo que sostiene realmente el peso de la película son las interpretaciones de los tres protagonistas: Susana Abaitua como Lucía, Hugo Silva como Simón y Julián Villagrán como Oliver. Los tres hacen un trabajo impresionante, llevando al espectador a meterse de lleno en la historia. Se puede destacar a los dos primeros, cuyos personajes tienen ciertos problemas mentales que, llevados a una comedia un tanto ácida, consiguen que empaticemos con ellos.
‘Desmontando a Lucía’ es una película bastante surrealista pero creíble, que une comedia, drama, thriller y un poco de romanticismo, en una mezcla bastante loca pero que funciona. Totalmente recomendable.