'El Vigilante Nocturno: Demonios Heredados': todo se queda en la familia

'El Vigilante Nocturno: Demonios Heredados': todo se queda en la familia

3 Butacas de 5

Hace treinta años, un psicópata dio caza a un vigilante nocturno y a su mujer.  Ahora, todo vuelve al punto de partida con fichas renovadas. Vigilante Nocturno: Demonios Heredados llega a la cartelera para recordar a los espectadores que todo se hereda, lo bueno y lo malo, y no es decisión nuestra cambiarlo. La película es un ejercicio de autocomplacencia de un director que regresa a su obra con unos cuantos años más sobre sus espaldas.

Emma (Fanny Leander Bornedal), una joven estudiante de medicina, ha aceptado el trabajo de vigilante nocturno en el departamento forense. Su padre, Martin (Nikolaj Coster-Waldau), es un hombre traumatizado que parece esconder un terrible secreto desde que su madre se suicidó cuando Emma tenía tan solo 10 años. Ahora, decidida a encontrar la verdad de lo que sucedió a sus padres, se cruzará con un asesino en serie que parece achecharla por un extraño motivo.

Ole Bornedal regresa a su clásico para actualizarlo y reflexionar sobre la herencia. Se pasa la mayor parte de la cinta dando vueltas sobre la misma rotonda, sin escoger una salida. Y cuando ya estás harto o mareado, se decanta por la más obvia. Vigilante Nocturno: Demonios Heredados tiene dos grandes tramos, el inicial y el final. Dos momentos donde el director danés juega con recursos que potencian el suspense de una manera muy inteligente. Consigue que, en ambas secuencias, el espectador se mantenga agarrado a la butaca. Sin embargo, todo ese efecto se diluye en un segundo acto soporífero.

La cinta reflexiona sobre la herencia. Un tema interesante por la tragedia que lleva implícita. Es imposible hacer nada frente a lo que somos, pues ello está determinado por quien nos concibió y eso es imposible cambiarlo. La protagonista trata de luchar contra un destino implacable que le tiene preparado la peor de las consecuencias. Un ejercicio de introspección por momentos aburrido y repetitivo. Por suerte, el plantel de actores salva los muebles y consigue que el ánimo no decaiga.

Vigilante Nocturno: Demonios Heredados hubiese contado lo mismo utilizando menos tiempo en pantalla y economizando ciertas escenas. No obstante, la película nos brinda momentos de suspense interesantes y aterradores.

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