'El Método Knox': una propuesta atrevida pero muy trivial

'El Método Knox': una propuesta atrevida pero muy trivial

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Este 8 de noviembre llega a los cines en España ‘El método Knox’ (‘Knox Goes Away’), dirigida y protagonizada por Michael Keaton, su segundo film como director y que además protagoniza. Esta vez como John Knox, un asesino a sueldo de Los Ángeles al que van a diagnosticar una demencia de rápida evolución, dejándole con unas pocas semanas antes de perder sus facultades por completo. Un punto de inflexión en la vida de este hombre y de un thriller oscuro pensado como una carrera contra uno mismo que cada vez se pone más y más complicada.

De la misma forma que le sucede a Takashi Shimura en ‘Vivir’ (Akira Kurosawa, 1952), al comenzar la película tanto el protagonista como nosotros vamos a conocer el terrible diagnóstico de la demencia. Una sentencia que te activa y está presente en todo momento, aunque nunca sabrás cuando sucederá lo inevitable. A partir de aquí se presentan tres problemas para Knox: cubrirse sus espaldas después de que un desliz laboral le ponga en el punto de mira de la policía; hacer que sus ahorros lleguen de manera limpia a sus personas más cercanas; y ayudar a su hijo, con el que lleva años sin hablar y que está metido en un grave problema que solo él puede solucionar. Demasiadas cosas para un hombre en sus condiciones, aunque en ocasiones va a hacer que parezca fácil. Y es que puede sentirse inverosímil la forma en la que la demencia afecta a Keaton, eligiendo siempre los momentos oportunos, ya sea para salvarle el pescuezo o para que la historia avance. Resultado de un guion algo tramposo en el que demasiadas cosas se alinean, aunque sea una marca del género, para encima resolverse de forma predecible y sin entusiasmar demasiado. De todas maneras, la cantidad de frentes abiertos que hay consiguen generar la intriga suficiente como para mantener tu atención y querer saber cómo acaba todo.

La actuación de Keaton es difícil de calificar, posiblemente por no acabar de trasmitir mucho. Algo que sí consigue trasmitir, él y la película en sí, es incertidumbre. Esa sensación de descontrol, la misma que se tiene viendo ‘Memento’ de Christopher Nolan. La demencia de Knox es por ello pieza fundamental en el filme junto a los efectos que esta le provoca. Dando forma a una puesta en escena penumbrosa que emana una soledad muy acertada.

A parte de esto, falta emoción por muchos lados. Los diálogos, algo forzosos, no llegan a ser eso que tiene que ser un diálogo, dejando a la película algo fría de más e impidiendo que empatices y te conmuevas con los acontecimientos. Habría sido suficiente con desarrollar algo mejor los vínculos entre personajes y la manera en la que estos se presentan. Un problema que se ve por ejemplo en el personaje de Al Pacino, más marketing que otra cosa, o la prostituta que visita a Knox cada jueves; la presencia de estos parece postiza y oportunista. La banda sonora tampoco cumple, un jazz predeterminado que no aporta nada. Predeterminado como los escenarios, sosos y sin vida.

El método Knox’ es una propuesta que acaba siendo poco atrevida y trivial, con un ritmo lento, tal vez demasiado para ser un thriller. Te aconsejo que no dejes que los nombres de Al Pacino y Michael Keaton suban demasiado tus expectativas. Déjate llevar por la intriga, el suspense y lo interesante que puede ser un protagonista que cada vez va a estar más perdido dentro de su propia historia. Atentos si Keaton decide volver a ponerse detrás de las cámaras.