'Amanece en Samaná': una cinta resolutiva para pasar el rato

'Amanece en Samaná': una cinta resolutiva para pasar el rato

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Este viernes 8 de noviembre se estrena en cines de España Amanece en Samaná(2024), la nueva película dirigida por Rafa Cortés basada en una obra teatral de Jordi Galcerán que, pese a no construir un relato demasiado memorable, funciona como entretenimiento y posee una reflexión sobre el devenir vital —rozando muy por encima cintas como Los amantes del círculo polar (1998)o Las vidas posibles de Mr. Nobody (2009)— con un punto de interés añadido.

Dos parejas de amigos, Ale (María Luisa Mayol) y Santi (Luis Tosar) y Natalia (Bárbara Santa-Cruz) y Mario (Luis Zahera), celebran los veinte años juntos con unas vacaciones en Samaná. En el jolgorio de la fiesta, Ale confiesa que la noche que se conocieron hizo trampas para acabar con Santi, que inicialmente ligaba con Natalia, y Mario era el que lo hacía con Ale. El enfado es generalizado y, a la mañana siguiente, Ale despierta confundida y las cosas no son como antes.

De no conocer el punto de giro más importante —que da paso al segundo acto— antes de ver la película, la experiencia será aún más gratificante por su carácter sorpresivo. El juego de desorden de la realidad que plantea es realmente interesante y permite una reflexión —ciertamente superficial, eso sí— sobre el paso del tiempo, y, sobre todo, la importancia de las decisiones vitales; esa idea de que todo puede cambiar por una simple acción.

El aspecto más dramático de esta situación combina con su jocosa naturaleza para construir la tonalidad general de la película. Es en esta fusión donde reside el mayor problema de la cinta de Cortés, pues hay momentos hilarantes, como escenas más dramáticas; pero la convergencia de géneros no resulta orgánica en el conjunto de la película. Parece que navega entre dos aguas incapaces de convivir.

Otro aspecto fundamental son sus interpretaciones: Luis Tosar y Luis Zahera siempre son reclamo suficiente en una película —aunque esta en concreto quizá no extraiga su máximo potencial—. Por no hablar del inesperadísimo papel de Charles Dance (Juego de Tronos, The Imitation Game), para un personaje bastante simplón que, no obstante, funciona como llave para solucionar el problema de Ale.

Puede que Amanece en Samaná no sea una película memorable ni mucho menos, pero sirve para pasar un rato entretenido, con escenas realmente graciosas y actores de renombre en primera línea. Y puede que, sin alcanzar una profundidad inusitada, incite a reflexionar sobre algunas cuestiones sobre nuestra vida. ¿Qué ocurriría si en vez de esto, hubiese hecho aquello…?