Esperanza Roy recibió este jueves la Medalla de Oro de la Academia de Cine en un emotivo acto celebrado en la sede de la institución. Un galardón que recogió, en su nombre y en el de Javier Aguirre, de manos de la actriz Julieta Serrano.
En la ceremonia, conducida por el director y autor teatral Félix Sabroso, Roy estuvo arropada por numerosos amigos y compañeros del cine, el teatro y la revista. El presidente de la Academia, Mariano Barroso, ejerció de anfitrión de la velada en la que la actriz madrileña confesó que había pasado “más nervios que en todos los estrenos. Allí tienes más responsabilidad, pero has ensayado. Ese es el trabajo de los actores, estudiar y ensayar. ¡Qué carrera más bella la que tenemos!”.
Una carrera que inició con el ballet y después paso al teatro de revista y al cine, donde cultivó todos los géneros. “He hecho lo que he soñado. Me retiré porque quería una vida con Javier sin ensayos ni funciones”, manifestó Esperanza Roy, que rememoró el día en que le llamó el presidente de la Academia para anunciarle el premio. “Javier se alegró por mí y yo me alegré por Javier. Empezó nuestra amistad con admiración; luego vino el deseo; luego, el amor; y ha terminado con admiración, que es el sentimiento más poderoso y puro que tenemos”, declaró emocionada.
Javier Aguirre, el director que hace anti-cine y que firmó durante décadas taquilleras y populares películas, no estuvo físicamente en la sala, pero su nombre se escuchó en numerosas ocasiones porque, no sólo lo pronunció Esperanza Roy, también el maestro de los directores de escena, Ángel Fernández Montesinos; los actores Manuel de Blas, Raúl Sender y Esther Gotor; el cineasta Antonio Peláez; el presidente de la Asociación de Amigos de Filmoteca Española, Pedro Joaquín del Rey; y la directora y guionista Arantxa Aguirre, su hija, que dedicaron a ambos cariñosas palabras.
Roy brindó la Medalla diseñada por Chus Burés a los hijos de su marido y a sus sobrinas.