3’5 Butacas de 5
La verdad es que la película me ha parecido muy bonita. Es una historia de una chica en busca de una figura paterna, un amigo o alguien que le transmita la sensación de ser querida, de que le preocupa a alguien. Una búsqueda desesperada, y, como estamos en el siglo XXI, ¿qué mejor manera de encontrar a un padre que usando una red social, en este caso Facebook? Una película que emociona al mismísimo Mark Zuckerberg, por publicidad encubierta.
Lily Trevi es una joven veinteañera que, obviamente, tiene problemas a nivel social; no tiene amigos, trabaja como cuidadora, no conoce a su madre y su padre está más preocupado por conseguir matches en Tinder que por estar pendiente de su hija.
Lily es cálida y divertida, pero muy sensible; está rota por dentro y necesita encontrar su lugar, ser feliz. Tras una absurda bronca con su padre, Bob Trevino, en una escena mal llevada, Lily vive en sus propias carnes cómo su progenitor le hace ghosting. No le contesta a las llamadas ni le deja entrar en su casa. La pobre no sabe qué hacer; su novio la deja y no se puede sentir más sola. Ante esta situación, como no consigue contactar con su padre, decide buscarlo por Facebook y escribirle por ahí, con la casualidad de que le escribe al Bob Trevino equivocado: un jefe de obra cada vez más distanciado de su mujer, que pasa sus ratos muertos dándole likes a todo lo que publica Lily.
Barbie Ferreira y John Leguizamo encabezan el reparto de “Bob Trevino Likes It”, una comedia con mucho corazón, marca de la casa del mejor cine independiente americano. Buenos actores, pero no rostros muy conocidos, buena factura, gran desarrollo de personajes y mucha alma. No puede competir con los grandes presupuestos de Hollywood, pero sí tiene la suficiente entereza para ser mucho mejor que los productos prefabricados de la meca del cine. Los mejores ejemplos pueden ser “Lady Bird” o “Pequeña Miss Sunshine”, películas que han superado su propia condición y se convirtieron en éxitos de crítica y público.
El salto al largo de Tracie Laymon (excelente cortometrajista, por cierto) competirá en la Sección Oficial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, después de un recorrido por festivales independientes de EE. UU. Nos presenta en su ópera prima una obra que, si bien tiene sus flaquezas, su naturalidad, sencillez y buen hacer en una puesta en escena invisible hacen que se eleve por encima de la media entre tanto estreno vacío. No es tan graciosa como pretende, y quizás cuando se esfuerza en ello no le sale del todo bien, pero superado su primer tercio, la parte que protagonizan Leguizamo y Ferreira se convierte en una delicia muy cute. Un bombón que se saborea en la boca, que dura poco, pero se disfruta en cada momento.
Leguizamo sigue demostrando que es un buen actor, encargándose de interpretar a Bob, el amigo de Lily, no su padre, y sabiendo transmitir sutilmente cariño, siendo el support de su compañera de reparto.
Por otro lado, Ferreira me parece un descubrimiento, siendo mucho más que la chica de “Euphoria” en un rol interesante con un punto cómico a pesar de su amargura.
En definitiva, una película redonda, de bajo presupuesto, aunque de una sensibilidad especial. Es sutil en sus sentimientos y a veces brusca en su búsqueda de comicidad, pero te transmite un mensaje bonito; no se le puede pedir más.