'TWILIGHT OF THE WARRIORS: WALLED IN': El disfrute es asegurado en una película revitalizante

'TWILIGHT OF THE WARRIORS: WALLED IN': El disfrute es asegurado en una película revitalizante

4 Butacas de 5

Durante los años 80, la ciudad amurallada de Kowloon era el único lugar en Hong Kong fuera de la ley, entregado por completo a las triadas. En este ambiente, Chan Lok-kwun (Raymond Lam), huye del temido jefe mafioso Mr. Big (Sammo Hung) y acaba refugiándose en Kowloon, donde el respetado Ciclón (Louis Koo) lo protege y pone a su cargo. Pero los problemas llegan cuando la banda de Mr. Big quiere adueñarse de la ciudad amurallada y deben defender su territorio.

El combate marcial más desenfrenado prima en Twilight sobre lo demás. Saltos imposibles, una resistencia al daño sobrehumana y métodos de noqueo cada vez más rocambolescos, forman unas coreografías de acción encandiladoras a la vez que tremendamente surrealistas y propias del anime.

El espacio —la extinta ciudad amurallada de Kowloon (Hong Kong)— lo es todo en la película: un lugar laberíntico, arquitectónicamente imposible y espectacular en su concepto que, plagado de triadas, es el caldo de cultivo perfecto para una película así; al más puro estilo de Redada asesina (The raid) (2011), aunque bastante más imaginativa y poco realista.

El disfrute es asegurado en una película revitalizante, que pone en alza la amistad masculina creando un vínculo entre sus cuatro personajes principales que ni el líder mafioso más temido puede romper. Una lluvia de patadas y puñetazos en todas sus formas que quizá pierde un poco hacia su final, cuando se pone más fantasiosa.