'Mads': una angustiosa puesta en escena

'Mads': una angustiosa puesta en escena

4 Butacas de 5

Romain (Milton Riche) prueba una droga nueva y se dispone a salir de fiesta, pero la pesadilla comienza cuando de camino en el coche recoge a una mujer herida que, sin mediar palabra, se convierte en presa del pánico y golpea su cabeza hasta morir. Entonces la realidad y los efectos del fármaco se empiezan a mezclar.

Una de las primeras sorpresas del festival es Mads (2024), una película rodada sin cortes aparentes, que nos conduce a los infiernos de tres jóvenes amigos que comparten una droga extraña. No es nada realmente innovador, pero funciona a la perfección por su capacidad de angustiar hasta el extremo con su puesta en escena.

Esa sensación de estar dentro de la película sufriendo junto a sus personajes es constante y Moreau la consigue gracias al uso del sonido y la imagen: una focalización interna constante de los jóvenes que nos traslada a su estado de confusión y pérdida de la realidad para arrastrarnos con ellos.

El punto de vista, siempre de uno de los personajes, cambia durante la película para seguir a los tres amigos por separado, haciendo que su segunda parte caiga en la repetición, pues, llegado un punto, no ocurre casi nada nuevo. No obstante, la inmersión a la que nos somete y el sin cesar de acción suplen este defecto objetivo de la narración.