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El próximo 31 de octubre se estrena en Prime Video Apocalipsis Z: El principio del fin(2024) tras su paso por el Festival de Sitges. La película dirigida por Carles Torrens (Animal de compañía, Emergo) adapta para la gran pantalla la novela homónima de zombis de Manel Loureiro, que da inicio a una reconocida trilogía literaria del subgénero; con una gran solvencia y construcción de la tensión en las secuencias de pura acción, pero falta de interés cuando ase el melodrama y las relaciones de sus personajes.
Cuando una extraña enfermedad se expande por el mundo transformando a la gente en peligrosas y rabiosas criaturas la gente abandona sus hogares. Manel (Francisco Ortiz) intenta escapa a Canarias para reunirse con su hermana y su cuñado, pero fracasa, por lo que se parapeta en su casa junto a su gato Lúculo, y solos en el vecindario deberán sobrevivir en busca de un plan para huir.
En el cine español la representación del no muerto destaca en las películas de Amando de Ossorio (La noche del terror ciego, El ataque de los muertos sin ojos), y principalmente en No profanar el sueño de los muertos (1974, Jorge Grau) y la posterior y más reconocida [REC] (2007, Jaume Balagueró, Paco Plaza). Sin embargo, omitiendo excepciones como Malnazidos (2020), el subgénero de terror no ha sido muy explorado en España los últimos años. La película de Torrens devuelve al zombi a la gran pantalla —su hábitat natural— de nuestro país y pone inicio a una larga aventura a través de tierras postapocalípticas.
El prejuicio al enfrentarnos a una película de zombis siempre existe, porque es muy fácil caer en el ridículo si la producción no es buena. Más reparos existen aún al ser producto nacional, pues es innegable que nuestros presupuestos distan mucho de los que se manejan en Hollywood. Sin embargo, Apocalipsis Z resuelve con brillantez la construcción de su caótico mundo y logra el tono adecuado para la historia que cuenta, destruyendo cualquier prejuicio posible con un excelente diseño de producción y efectos especiales que dan lugar a secuencias de acción realmente memorables.
La cinta de Torrens, sin embargo, flaquea en lo dialéctico. Si la acción vigoriza, las relaciones sociales debilitan, ya sea por la insustancialidad de los diálogos o el poco interés de los personajes que plantea. Asimismo, pierde fuelle al transitar el drama, por salirse del tono más oscuro, de supervivencia, imperante y realmente potente de la película.
En definitiva, Apocalipsis Z: El principio del fin es una obra agradecida y muy entretenida para aquellos fans del cine de terror y zombi que busquen algo mínimamente correcto, con una buena producción y escenas de acción efectivas. Una película comercial en todo caso, que de ser estadounidense daría que hablar. Esperamos la segunda parte.
