'Ramón y Ramón': Las expectativas padre e hijo

'Ramón y Ramón': Las expectativas padre e hijo

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“Ramón y Ramón” es una bonita película peruana coproducida por El Deseo (la productora de Almodóvar), que tiene como punto fuerte el valor y la emoción. Quizás no sea muy original en sus formas, pero sabe jugar sus cartas con honestidad, lo cual es algo digno de valorar, especialmente en estos tiempos tan frívolos.

La historia arranca en Perú, durante la etapa más dura de la pandemia, en el llamado confinamiento. Nuestro protagonista, de nombre Ramón, está confinado en su piso; acaba de separarse de su novio y se entera de la muerte de un padre que nunca le había prestado mucha atención. Encerrado en su edificio, conoce a un viajero español, interpretado por Álvaro Cervantes, con quien pronto entablará una amistad que Ramón intentará convertir en algo más.

El viaje, tanto literal como metafórico, de Ramón comienza cuando decide ir a la residencia de su padre, incinerar sus restos y coger la carretera rumbo a su pueblo natal para que las cenizas descansen en su antigua casa. Este camino le lleva a enfrentarse con su propio pasado y con familiares que nunca entendieron su orientación sexual, incluido su padre, quien lo rechazó durante toda su vida por esta razón.

El tema es potente, y el mensaje que reivindica es valioso; es conmovedor, aunque ya lo hemos visto representado de mejor forma en otras ocasiones. Esto no le quita mérito a Emanuel Soriano, quien realiza una gran interpretación, con una mirada triste y contemplativa, luchando contra sí mismo. Su identidad ha sido motivo de distanciamiento con sus seres queridos y lo ha convertido en una persona irascible, incapaz de mantener relaciones estables.

Sin embargo, los diálogos pecan de ser demasiado explicativos a nivel emocional. Hay muchos momentos de introspección, con textos que se dirigen directamente al espectador. Es una película en la que se dice más de lo que se muestra. Ese exceso de exponer de manera tan obvia es un recurso fácil y no tan efectivo como cuando se resuelven los conflictos de manera más visual o con escenas más originales. De esta manera, el realizador no le ha sacado todo el partido a su historia.

El aclamado director peruano Salvador del Solar nos ofrece una visión sobre los estigmas que puede crear la propia familia, el autodescubrimiento y la lucha por encontrar el amor. Es una historia concreta que no se anda por las ramas, enmarcada en un contexto tan interesante como la crisis del COVID. Y quiero destacar este contexto, porque desde que vivimos la pandemia, pocas ficciones se han atrevido a abordar un momento tan relevante de la historia mundial, prefiriendo ignorar los hechos para contar otras historias. En Ramón y Ramón funciona muy bien y aporta mucho valor a los personajes. Espero que en un futuro cercano más realizadores tengan la valentía de utilizar estos hechos y no silenciarlos, como si no hubieran sucedido.