'Las chicas de la estación': duro retrato de la juventud corrompida

'Las chicas de la estación': duro retrato de la juventud corrompida

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Próximamente se estrena en España Las chicas de la estación(2024) tras su paso por el Festival de San Sebastián. La nueva película dirigida por Juana Macías (Embarazados, El favor), relata una durísima historia basada en hechos reales sobre la adolescencia más desfavorecida, que brilla en su retrato de la crueldad y la propia juventud.

Jara (Salua Hadra), Álex (Julieta Tobío) y Miranda (María Steelman), tres amigas adolescentes que han crecido y viven en un centro de menores, quieren reunir algo de dinero para ir al concierto de su artista de trap favorita, para lo que comienzan a tener citas organizadas por una ex interna del centro con hombres adultos en los baños de la estación de autobuses.

La directora madrileña vira considerablemente en su forma de hacer cine respecto a su anterior filmografía, sustituyendo la comedia que desprendían películas como Embarazados o El favor, para situar al espectador frente a un drama humano desolador del que la sociedad puede aprender mucho.

En momentos de falta de originalidad creativa, Juana Macías —en dúo con la guionista Isa Sánchez— viene a contar una historia nueva que, basada en hechos reales, llama a la justicia para las víctimas de la explotación sexual infantil, a través de unos personajes maravillosamente construidos e interpretados por unas actrices no profesionales.

Es complicado encontrar en producciones actuales una correcta representación de la juventud —de un sector concreto—, y Las chicas de la estación construye a la perfección este imaginario adolescente en que se sumerge, a través de una marcada estética, jerga y música urbana funcionando como principal y mejor logrado engranaje del filme.

La realidad que expone es durísima y consigue transmitirlo, pero se pierde un poco en la indagación de sus personajes y al terminar la película queda una sensación agridulce porque la grotesca trama principal no ha impactado con la fuerza que debería, además de ciertas decisiones narrativas poco favorecedoras. Por otro lado, esta profundización en las vidas personales y familiares de las jóvenes amigas aporta una riqueza añadida a la narración, pues permite comprender su forma de ser y derivas vitales.

Una cinta que da voz a unas historias quizá desconocidas para la mayor parte del público, en una labor social más encomiable que la propia película que utiliza como vehículo. No obstante, Las chicas de la estación reúne grandes cualidades y podría considerarse el mejor trabajo de Juana Macías hasta la fecha.

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