'La luz que imaginamos': Las diferentes etapas de lo femenino

'La luz que imaginamos': Las diferentes etapas de lo femenino

4’5 Butacas de 5

El cine indio ha tenido muchas representaciones a lo largo de todos estos años, enmarcándose en diferentes géneros que han ayudado a contar historias desde diferentes puntos y perspectivas. En el cine de Bollywood nos encontramos con muchas historias (y mayormente protagonizadas por actores masculinos y normalmente héroes, incluso). Es por eso que encontrarnos con una cinta como La luz que imaginamos es todo un tesoro, un diamante en bruto que hay que disfrutar con todas sus reflexiones y personajes (femeninos, por fin).

La luz que imaginamos nos traslada al Bombay actual, donde su directora nos presenta a sus dos protagonistas: dos enfermeras  de un hospital de la ciudad con diferentes inquietudes y problemas. Prabha tiene que convivir con el abandono de su marido, mientras que Anu, su compañera de piso más joven, lo único en lo que piensa es en poder mantener relaciones sexuales con su novio, a escondidas de su compañera. Las realidades de ambos personajes se chocarán en un viaje a la costa que les ayudará a encontrarse y enfrentar las reglas de la sociedad.

Creo que lo primero que debemos apuntar de La luz que imaginamos es su brillantez y delicadeza, incluso contando unas historias femeninas que, en el contexto social establecido, podrían llegar a caer en lo trágico o lo desagradable. Payal Kapadia se encarga de darle muchísima luz a una narración que, a pesar de contar con una trama pausada, logra trasladarte a las realidades de estas mujeres. Kapadia consigue, a través de su trabajo en la dirección, un buen ritmo para la película, haciendo que sea de lo más llevadera para el espectador (aunque el público más devoto del blockbuster no vaya a caer ante ella).

Kapadia dirige con muy buen gusto, tanto a nivel técnico como artístico, con mucha delicadeza y verdad. La luz que imaginamos es una historia que enmarca diferentes momentos e instantes, provocando distintas reacciones en el espectador. El público se podrá reír, podrá respirar y podrá sorprenderse durante todo el metraje, variando momentos y haciendo que, como comentábamos anteriormente, el ritmo sea mucho más rápido y disfrutable.

Sin embargo, lo mejor que tiene La luz que imaginamos es su crítica social a los convencionalismos de la sociedad india ante la figura de la mujer, contraponiendo ambos personajes en una historia que habla por sí sola. Tanto Prabha como Anu son mujeres que, de una forma u otra, son víctimas de una sociedad extremadamente machista, que entiende la figura femenina como un mero accesorio del hombre, un pensamiento que tienen que ir dejando atrás las mismas protagonistas según avanza el metraje. La relación entre ambas hace que estos pensamientos se expresen, dejando profundas reflexiones y momentos de gran brillantez. Esto hace que la película ponga el broche de oro, emocionando al público en varios momentos de libertad y emotividad.

Finalmente, La luz que imaginamos es una de las películas fundamentales del año. Esto se debe en parte gracias a la dirección de Payal Kapadia, que logra crear una cinta luminosa y repleta de verdad (y accesible para la mayor parte del público); y a una historia que se encarga de poner los puntos sobre las íes a la sociedad india y su sistema patriarcal y machista, gracias a sus dos personajes protagonistas y su camino hacia encontrar la libertad y el amor que tanto añoran. Una de las cintas que más dará que hablar durante la temporada de premios.