'No hables con extraños': un remake cargado de suspense

'No hables con extraños': un remake cargado de suspense

3’5 Butacas de 5

L to R: Agnes Dalton (Alix West Lefler), Ben Dalton (Scoot McNairy), and Louise Dalton (Mackenzie Davis) in Speak No Evil, directed by James Watkins.

Christian Tafdrup estrenó en 2022 Speak no Evil, una cinta donde unos tímidos daneses se dejan engatusar por una extraña pero interesante familia holandesa. La idea funcionó y gustó tanto que BlumHouse no tardó en hacerse con los derechos. El encargado de este rápido remake es James Watkins, el director de la reconocida Eden Lake en 2008. No hables con extraños es un thriller retorcido con un caparazón de película de aventuras y autoconocimiento. El realizador británico coge lo mejor de la cinta danesa y la eleva apostando todo a un suspense retorcido.

Una familia americana es invitada a pasar el fin de semana en la idílica finca de una encantadora familia británica con la que entablaron amistad durante las vacaciones. Lo que comienza como unas vacaciones de ensueño pronto se convierte en una pesadilla de la que no podrán escapar.

L to R: Ben Dalton (Scoot McNairy) and Paddy (James McAvoy) in Speak No Evil, directed by James Watkins.

Esta nueva propuesta abandona la sobriedad y el ritmo pausado de su predecesora y abraza fuerte el suspense. Cada línea de diálogo, cada mirada, cada secuencia, está diseñada de tal manera que, en apariencia, luzca normal, pero, en su interior, esconda algo retorcido. No hables con extraños se convierte así en un retorcidísimo thriller manejado por un soberbio James McAvoy. Sus expresiones, su forma de hablar, la entonación, todo está trabajado de manera meticulosa para que el espectador se acerque a su personaje con confianza y desconfianza a la vez.

L to R: Paddy (James McAvoy) and Ciara (Aisling Franciosi) in Speak No Evil, directed by James Watkins.

Mientras con un ojo seguimos lo que sucede y queremos que todo salga bien, con el otro no dejamos de mirar aquello que no nos cuadra y que nos alerta. La película se sostiene en todo momento sobre una finísima línea entre lo agradable y lo degradable, una tensión asfixiante que se rompe en un final por todo lo alto. James Watkins estira tanto la cuerda que, cuando se rompe, produce unas consecuencias explosivas.

No hables con extraños es una grata sorpresa. Los remakes no suelen funcionar, sin embargo, este sabe coger lo que funciona de base y llevarlo a otro nivel. James Watkins empuja la historia al descontrol en cada plano, todos los intérpretes están correctos. Una propuesta ideal para pasar un rato divertido. O no.