La película se estrena el próximo 24 de enero en cines.
La película inició su recorrido con la premiere internacional que tuvo lugar el pasado mes de enero en la Sección Oficial del Festival de Berlín, donde ganó el Premio del Jurado Ecuménico. “Dios existe, su nombre es Petrunya”, además de cosechar numerosos premios desde entonces en reconocidos festivales internacionales de cine, es también una de las tres finalistas a lospremios LUX del Parlamento Europeo que darán a conocer el título ganador el próximo miércoles 27 de noviembre. .
La Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales (AAMMA) ha otorgado el premio “Women in Progress” a la Mejor Película de la Sección Oficial del festival de Sevilla a “Dios existe, su nombre es Petrunya” por “poner el foco en la resistencia, la rebeldía y la valentía de millones de mujeres que luchan de Norte a Sur contra las opresoras tradiciones patriarcales; por conquistar la libertad y sus propias voces, silenciadas y censuradas; por presentar una protagonista inspiradora, valiente y poderosa que, a pesar de sufrir una fuerte injusticia religiosa y social, en ningún momento se presenta como víctima sino como vencedora”.
Zorica Nusheva, que interpreta a Petrunya, ha ganado tambien el premio a la Mejor Actriz Protagonista ex-aequo. Zorica, experimentada actriz teatral pero debutante en el cine con este papel protagonista, ha conquistado al jurado por “su poderosouso del silencio, el lenguaje corporal y la fuerza interior para encarnar una actitud firme y desafiante en un contexto de obstáculos extremos”.
“Dios existe, su nombre es Petrunya” tiene previsto su estreno en cines en España el 24 de enero de 2020. Se convierte en la primera película dirigida por un cineasta de Macedonia del Norte que llega a las salas comerciales de nuestro país tras Antes de la Lluvia (Before the Rain) en el año 1995 y Cenizas y Polvora (Dust) en 2003, ambas dirigidas por Milcho Manchevski.
SINOPSIS: En Stip, un pequeño pueblo de Macedonia, cada mes de enero el sacerdote local arroja una cruz de madera al río en una ceremonia en la que cientos de hombres se lanzan al agua para conseguirla. Quien se haga con ella tendrá garantizada la buena suerte durante todo el año. Pero esta vez la cruz la ha cogido Petrunya. El resto de competidores están furiosos ¿cómo se atreve una mujer a participar en este ritual tradicionalmente masculino? La tormenta estalla, pero Petrunya se mantiene firme: no está dispuesta a devolver la cruz.