3’5 Butacas de 5
La ciencia ficción y el thriller político son dos raras avis en el cine español ya que pocas películas de estos géneros podemos encontrar. Este viernes 13 de septiembre llega a los cines ‘Justicia Artificial’ una película que combina ambos géneros.
El director Simón Casal nos propone un ejercicio de ciencia ficción ambientado en un presente cercano que tiene como escenario A Coruña en la que los coches autónomos son una realidad.
La presidenta del gobierno español, Sira Garcés (Melania Cruz), anuncia un referéndum para aprobar el uso de un programa de la inteligencia artificial en la Administración de Justicia. Su propósito es reducir el colapso del sistema judicial y tratar de impartir una justicia aséptica sin sesgo de ningún tipo y supuestamente más objetiva y menos politizada, sustituyendo de facto, a los jueces y juezas en todos los tribunales del país. La prestigiosa jueza Carmen Costa (Verónica Echegui) es invitada por el gobierno a trabajar en el desarrollo del proyecto, pero la repentina muerte de Alicia Kóvac (Alba Galocha), creadora y presidenta de la empresa que ha desarrollado el programa, desata la desconfianza de Carmen.
Completan el reparto Tamar Novas, Alberto Amman, Ledicia Sola o Santi Prego entre otros.
Toda la película está imbuida de un tono frío y neutro poniendo sobre la mesa temas como la independencia judicial, las presiones a los jueces, el control de la justicia por el poder político y económico o si una inteligencia artificial puede sustituir a la justicia humana basándose en cálculos de probabilidad a la hora de impartir sentencias.
Verónica Echegui es la protagonista absoluta de la película en un ejercicio de contención tremendo porque su Carmen es una mujer que vive por y para su trabajo que no pasa por un buen momento personal y que casi no muestra sus sentimientos. La película avanza sin prisa, pero sin pausa centrándose en la investigación de Carmen quien poco a poco va a ir descubriendo los intereses reales que hay detrás de la implementación de la justicia algorítmica.
El resto del reparto está bien en sus papeles, pero la trama les deja poco margen para su desarrollo algo que habría sido interesante tanto por la parte empresarial como por la judicial porque dan muchísimo juego a la historia. Algo repetitivas resultan las escenas de la playa que sirven para mostrar también el desasosiego en el que cada vez más se ve abogada Carmen. La resolución de la trama tiene algunos giros inesperados pero que entraban dentro de las posibilidades que plantea la historia.
La película tiene una fotografía fantástica de Diego Cabezas y Simón Casal coescribe el guion junto a Victoriano Sierra con quien ya había abordado este tema en un documental titulado Artificial Justice (2022) junto al filósofo Miguel Pernas que sirvió de investigación para todos los temas que plantea la película.