'Héroes de Central Park': Don Quijote en Manhattan, y no es una película de Woody Allen

'Héroes de Central Park': Don Quijote en Manhattan, y no es una película de Woody Allen

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Ah, Héroes de Central Park, esa película en la que Miguel de Cervantes y Walt Disney se dan la mano con un perro DJ. Esa rareza de la animación franco-española-belga (un auténtico cóctel multicultural) es, en esencia, una reinterpretación moderna de las andanzas del icónico hidalgo de la Mancha. Pero, en lugar de enfrentarse a molinos en Castilla, nuestro héroe –un títere soñador– decide aventurarse por Central Park, rodeado de marionetas que creen ser personajes de Shakespeare y juguetes que parecen salidos de una peli de Pixar. Si la premisa te suena un tanto imaginativa, espera, que la película no se queda atrás.

Dirigida por Jérémie Degruson, Héroes de Central Park (en francés, Les Inséparables) es una peli que quiere ser muchas cosas: una oda a la imaginación, un canto a la amistad, y una aventura urbana llena de giros fantasiosos. Lo consigue, a veces, y eso es un punto a su favor. La mezcla entre 3D y 2D es, visualmente, lo más estimulante de la película. Degruson alterna con elegancia entre la realidad –Central Park en todo su esplendor– y el colorido mundo de las fantasías del protagonista, Don, donde los dragones y los castillos flotantes están a la orden del día. Hay que admitirlo, esos momentos son visualmente encantadores. Sin embargo, sentí que faltaba un poco de ese atrevimiento también en los personajes.

El guion, basado en una historia de Joel Cohen y Alec Sokolow (los guionistas de la primera Toy Story), juega con una trama inspirada que rinde homenaje a la obra de Miguel de Cervantes. No obstante, los personajes, en particular los antagonistas, no tienen esa chispa que deja huella en la memoria.

La química entre Don y DJ Sancho, un perro rapero de peluche abandonado, es entrañable. La hemos visto cientos de veces, pero sigue funcionando igual de bien. Don enseña a DJ a salir de su zona de confort, y ambos se embarcan en una aventura alocada que sigue los pasos de los Quijote y Sancho originales.

Pese a que ciertos elementos resultan algo trillados y nos recuerdan a películas del pasado, Don y DJ Sancho tienen un corazón honesto. No se puede negar que Héroes de Central Park está hecha con buenas intenciones. El mensaje sobre la importancia de la amistad y el poder de la imaginación es bonito, aunque su ejecución tenga la sutileza de un martillo hidráulico. Aun así, hay una escena particularmente memorable que destaca en medio del caos: Don dándose cuenta de su locura con el “Where Is My Mind?” de los Pixies como telón de fondo. Un anacronismo tan obvio como acertado; una escena musical que me pareció simplemente brillante.

Al final del día, Héroes de Central Park es una peli que, aunque no reinventa el género, tampoco pide disculpas por ser lo que es: un entretenimiento ligero con momentos encantadores. Es el tipo de película que probablemente disfrutarás si la ves con tus familiares más pequeños, o si simplemente quieres algo para pasar el rato y dejar de pensar ya en la segunda temporada de La Casa del Dragón.

¿Conclusión? No esperes que esta película cambie tu vida, pero tal vez te recuerde algo importante: lo peligroso no es soñar imposibles, lo peligroso de verdad es no soñar. Aunque, si en tu sueño aparece Don Quijote… bueno, quizá debas consultar con tu oniromante de cabecera.