'Una madre de Tokio': Quien tiene una madre tiene un tesoro

'Una madre de Tokio': Quien tiene una madre tiene un tesoro

4 Butacas de 5

Bajo un título bastante “random”, tenemos la última película del cineasta nipón Yoji Yamada, que llega con retraso a la cartelera de España.

Una madre de Tokio” cuenta la historia de Akio Kanzaki, un hombre hecho a sí mismo que trabaja como director de recursos humanos en una empresa de éxito. Apenas tiene relación con su hija y, en secreto, se está divorciando.

Todo cambia cuando, en una espontánea visita a casa de su madre, descubre a qué se ha dedicado últimamente: ha formado una patrulla vecinal que se dedica a ayudar a los más desfavorecidos.

Este choque en sus diferentes maneras de ver el mundo hará que Akio se plantee muchas cosas de su vida actual, estando a la deriva en todos los aspectos de la misma. Con unos personajes principales y algunos secundarios con mucho carisma, la película nos cuenta sin prisa una bella historia familiar, menos naif de lo que puede parecer.

La puesta en escena es la más interesante que he visto este año (lo siento, George Miller), sobre todo su capacidad de condensar y embellecer la imagen con aparente sencillez. Las escenas de interiores tienen una composición compleja y pictórica donde los personajes se mueven por el lienzo sin miedo a salir de él o quedar desencuadrados, teniendo esto un gran valor narrativo.

Quizás sea un plato más difícil de digerir para los espectadores menos versados en cine asiático, ya que culturalmente e interpretativamente son tan distintos que su actuación o su tono en según qué momentos puede jugar en su contra para un público occidental. Aún así, el único defecto que le veo es el empleo de la música con excesiva reiteración con temas melodramáticos o sobrecargados de sentimiento, sirviendo para subrayar algo que no era necesario. Pierde elegancia y peca de reiterativo tanto por cómo está compuesta la banda sonora como por cómo está situada a lo largo del film.

Así que, si “Perfect days” te pareció un peliculón, está no se queda lejos de la cinta de Wenders. Una pequeña gran historia con momentos emocionantes y personajes muy cute. Una película que te tocará si tienes “mamitis” o algún referente femenino en la familia. Conmueve y entretiene. Yamada pasan los años, pero sigues en forma.