3’5 Butacas de 5
Cuando parece que sobre el nazismo se ha contado ya todo aparece un nuevo punto de vista que abre nuevas preguntas.
El director de cine austríaco Günter Schwaiger afincado en España comenzó a trabajar en 2018 en una película haciéndose una pregunta ¿Por qué nunca se ha hecho una película en Austria sobre el lugar de nacimiento de Hitler? Schwaiger se enteró de que la institución social Lebenshilfe (Live Aid) planeaba adquirir la casa natal de Hitler y quiso hacer un documental sobre la nueva reutilización de un lugar marcado por la historia.
En un momento determinado, la administración austríaca decide que la casa natal de Hitler debería albergar una comisaría de policía lo que indigna a los vecinos de la ciudad y el trabajo del cineasta cobra una nueva dimensión. El miedo de la administración pública sobre la nueva reutilización de la casa es que pueda ser utilizada por parte de grupos neonazis o extrema derecha para sus actos y reuniones vuelve todo el proceso de reutilización lentísimo algo que da a entender que la administración va con pies de plomo y con miedo para tratar de hacerlo bien y huir de toda polémica. El sorprendente hallazgo del director con respecto a este tema resulta ser una tremenda ironía histórica.
Al mismo tiempo, todo lo que estaba pasando interpela a Günter Schwaiger natural de Braunau y a sus padres que eran niños bajo la dictadura alemana y explican como recuerdan el día a día.
El documental, también muestra todo el trabajo que la gente de la ciudad está haciendo para tratar de desestigmatizar la ciudad desde sus clases de historia y su labor investigadora para tratar de que la ciudad mire hacia delante sin temer al pasado.
El momento más tenso del documental se produce cuando el director decide poner una cámara delante de la casa natal de Hitler el día de su nacimiento para ver qué pasa. La cámara capta como en diferentes momentos alguien ha dejado una vela o un ramo de flores. Esto último, provoca sorpresa en el director y indignación en uno de los vecinos que camina por la calle. Delante de la casa hay una piedra gigante conmemorativa en contra del fascismo y a favor de la democracia y los turistas que llegan a la ciudad suelen hacer fotos a la fachada de la casa o a veces únicamente a la piedra.
El documental plantea más preguntas que respuestas ya que el director cree que su país no se ha terminado de reconciliar con su pasado. Sigue habiendo silencios incómodos sobre la época nazi y cree que es importante derribar los muros que aún quedan para que la ciudad pueda encarar el futuro sin tenerle miedo al pasado.