3’5 Butacas de 5
Este 25 de julio se estrena en España la ópera prima del director marroquí Kamal Lazraq. Un interesante thriller que trata las relaciones de poder entre una serie de grupos delincuentes de Marruecos, y que transcurre apenas sin elipsis durante una frenética e inolvidable noche para sus protagonistas.
Hassan (Ayoub Elaid), un pequeño traficante de las afueras de Casablanca que trabaja para el jefe de un clan local se ve obligado a secuestrar a uno de los responsables de la muerte del perro de su superior. Para la tarea involucra a su hijo Issam (Abdelatif El Mansouri), con el que debe sobrevivir a una noche de pesadilla cuando el encargo sale mal.
La particularidad de este filme marroquí es que la acción transcurre a lo largo de una sola noche. Un frenético viaje en clave road movie que oprime a sus personajes cada vez con mayor virulencia. Una fórmula que puede recordar a la maravillosa labor cinematográfica de los hermanos Safdie en películas como Diamantes en bruto (2019) y, especialmente, Good Time (2017).
En Las jaurías nada sale bien a sus personajes. Intentan solventar su problema de varias formas, pero todas terminan siendo inútiles por distintas cuestiones. Lo más interesante del infierno en que se adentran es esa atmósfera de extrañamiento que construye Lazraq apoyado en la propia incertidumbre nocturna. Hay momentos de puro terror —la gasolinera o la barca que regresa vacía, entre otros— y un oscuro tono continuo que remite a las películas de David Lynch.
Además de su interesante superficie, la película ofrece una reflexión interesante sobre la delegación de responsabilidad en que aboca el sistema jerárquico. Hassan e Issam no son más que la parte baja del escalafón criminal, unos mandados por sus superiores para solucionar sus desperfectos, que terminan por pagar las consecuencias de unos actos que no han cometido.
La cuestión religiosa choca continuamente con las brutas acciones de los personajes. Unos valores religiosos muy arraigados en la cultura marroquí, que también pueden marcar la diferencia con otras producciones internacionales similares, pues condicionan en gran medida las decisiones que toman sus protagonistas (es determinante, sobre todo, la determinación de Hassan para “limpiar” el cuerpo antes de deshacerse de él).
Las jaurías gustará a los fanáticos del thriller más oscuro, por su trepidante ritmo que imposibilita el tedio y la suciedad que describe. Una joyita desconocida que merece ser descubierta.