3’5 Butacas de 5
Este viernes 12 de julio se estrena en España Fly Me to the Moon (2024), la nueva película del realizador estadounidense Greg Berlanti (Como la vida misma, Con amor, Simon) que, bajo el pretexto del alunizaje de 1969 y su supuesto falseamiento político, construye una comedia romántica agradable y de un tono clásico reconfortante.
Poco antes del histórico alunizaje estadounidense de 1969, la maestra del marketing Kelly Jones (Scarlett Johansson) es llamada para mejorar la imagen pública de la NASA trabajando al lado del director del lanzamiento Cole Davis (Channing Tatum). Las chispas saltan entre ambos cuando la Casa Blanca ordena a Jones recrear un falso aterrizaje lunar ante el posible fracaso de la misión.
Fly Me to the Moon es una película muy de actualidad, que trata la cuestión de las “fake news” y la manipulación mediática, en la línea de La cortina de humo (1997) de Barry Levinson. Existe cierta sátira en el retrato del ámbito político de la película, representado por el excelente Woody Harrelson en un papel desdeñable al tiempo que divertidísimo.
El tono de thriller que plantea el inminente alunizaje y la tensa carrera espacial cruza con una comedia romántica exquisita con aroma a clásico. Un cóctel de emociones dispares en que todo termina resultando amable, complaciente y acertado. Hasta el elemento más cínico de la película se torna positivo, desenfadado.
Ese beso final, al más puro estilo Historias de Filadelfia (1940), cierra de la forma más esperable, pero saludable atendiendo al tono del filme, una historia simpática y entrañable que, aunque no sea cumbre de la originalidad, se agradece en determinados momentos. Y, aunque el desenlace político de Fly Me to the Moon puede resultar algo aparatoso, el prisma cómico y relajado con que se observa la historia permite obviar ciertas decisiones inquietantes.
Las carencias de la película en aspectos visuales o de guion, se suplen parcialmente con su maravilloso reparto. Tatum, Harrelson y, sobre todo Johansson —en uno de sus papeles más recordables de los últimos años—, reman a favor en todo momento para levantar la historia. Una historia que, aunque no sea demasiado innovadora en su forma, resulta muy amena e interesante por el tema que trata. Incluso se hace una alusión directa a la mítica conspiración de que Kubrick rodó el falso aterrizaje en la luna, y que parece ser punto de partida de la película.
Fly Me to the Moon es un cruce entre géneros, que revisa uno de los eventos históricos recientes más relevantes desde un punto de vista satírico como podría ser ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964) y, sobre todo, deja la sensación de haber pasado un gran rato.