4 Butacas de 5
‘Kill Boy’ dirigida por Moritz Mohr en su ópera prima, es una producción alemana que captará la atención por su intensa violencia y estilo visual extravagante. Protagonizada por Bill Skarsgård, la historia se centra en un joven sordomudo que busca venganza en una utopía distópica gobernada por una familia dominante. Con influencias claras de “John Wick”, “Kingsman” y “Nadie“, este film ofrece una mezcla de acción frenéticamente violenta y una estética llamativa que seguramente dividirá a la audiencia.
La trama sigue a Boy, un joven sordomudo cuya familia es brutalmente asesinada. Impulsado por un deseo de venganza, Boy se embarca en una misión para destruir a los gobernantes tiránicos de su mundo. La narrativa usa a su favor el uso de flashbacks para manejar el ritmo y conectar más con el protagonista.
A lo largo de la película, Boy reúne un divertido equipo para infiltrarse en la fortaleza de la familia gobernante y llevar a cabo su venganza. La historia, aunque emocionante, presenta algunos huecos narrativos, por el uso excesivo de estos flashbacks, que podrían dejar insatisfechos a algunos. Sin embargo, la acción y la construcción del mundo compensan en gran medida estas deficiencias.
Cada escena está llena de colores vibrantes y decorados extravagantes que crean una atmósfera única y cautivadora. La influencia de los videojuegos de la serie “Far Cry” es evidente sobre todo en el narcisismo de los villanos.
La cinematografía utiliza planos largos y cámara lenta para acentuar la violencia estilizada de las secuencias de combate muy bien coreografiadas. La comparación con “John Wick” es inevitable, pero “Kill Boy” aporta su propio toque distintivo con una paleta de colores más atrevida y un diseño de producción más extravagante.
Bill Skarsgård destaca en su papel como Boy. A pesar de ser sordomudo, su presencia en pantalla es poderosa y transmite una gran gama de emociones a través de su lenguaje corporal y expresiones faciales. La decisión de utilizar la voz profunda de Skarsgård como narrador añade una capa adicional de profundidad a su personaje.
Explora temas de venganza, justicia y redención en un entorno distópico y extravagante. La construcción del mundo es uno de los puntos más fuertes del film, creando una utopía distorsionada llena de detalles intrigantes y personajes excéntricos.
A pesar de la tensión acumulada a lo largo de la narrativa, el clímax se siente un poco anticlimático. Una escena crucial se alarga innecesariamente, manteniendo un suspenso que, aunque efectivo al principio, pierde fuerza al prolongarse demasiado. Esto puede frustrar a los espectadores que ya anticipan el desenlace y esperan un cierre más contundente.
“Kill Boy” es una película que desafía las expectativas del cine de acción contemporáneo con su mezcla de violencia estilizada, una construcción del mundo extravagante y una actuación destacada de Bill Skarsgård. Aunque presenta algunos huecos narrativos y un final anticlimático, la intensidad de la acción, la comedia negra de su violencia y la audacia visual de la dirección de Moritz Mohr hacen que valga la pena verla.