'En tierra de santos y pecadores': Liam Neeson regresa al thriller de venganza, aunque con un trasfondo social turbulento en una Irlanda atemorizada por el IRA

'En tierra de santos y pecadores': Liam Neeson regresa al thriller de venganza, aunque con un trasfondo social turbulento en una Irlanda atemorizada por el IRA

3’5 Butacas de 5

Liam Neeson es un actor especializado en entretener. Pese a que nombres como el de Jason Statham, Keanu Reeves o The Rock nos puedan venir antes a la mente cuando hablamos de cine de acción puro y duro, Liam Neeson debería tener también su estrella en el paseo de la fama de los mamporros y disparos a bocajarro.

Sus películas más icónicas siempre han girado en torno a la venganza, en la que algún familiar suyo es secuestrado y él se pone manos a la obra para salvarlo. A veces su pericia es porque ha sido en su pasado un profesional en este ámbito, y en otras ocasiones va aprendiendo sobre la marcha. No hay que olvidar sus papeles en películas como La Lista de Schindler o en La Balada de Buster Scruggs de los hermanos Coen donde también demuestra que es un actor de categoría.

En este caso, nos encontramos ante una cinta atípica en su filmografía, ya que él está del que a priori es el lado malo de la historia al ser un sicario a sueldo, pero con valores lo que permite al espectador tener una cierta empatía con él, a diferencia de su compañero que tiene tintes de psicopatía.

Paralelamente, una banda del IRA comete un atentado y al esconderse, uno de los miembros, que es hermano de la líder del grupo tiene la mala suerte de toparse por el pueblo con Liam Neeson en unas circunstancias que justifican que nuestro protagonista tome cartas en el asunto.

Aquí comienza un juego de gato y ratón, donde los roles van variando y en los que parece que durante algunas secuencias, la líder que busca desesperadamente al asesino de su hermano tiene el control, y en otras, en las que está a merced del bueno de Neeson.

Hay un discurso potente en cuanto al terrorismo que sufrió Irlanda hace no tanto tiempo, y que sirve como telón de fondo para presentarnos a unos personajes rotos, ya sea por sus ideales, o por la vida que han llevado y de la que se quieren deshacer.

Dentro del pueblo también hay personas que interactúan con nuestro protagonista como si fuera el vecino ideal, desconocedores de su verdadero oficio y con los que se crea una dualidad respecto a lo que él es, y lo que le gustaría ser, pero en lo que por desgracia parece que ya no se puede convertir.

En definitiva, estamos ante una cinta de acción, con algo de profundidad tanto histórica como de personajes, que entretiene y cuyos paisajes recuerdan a películas recientes como Almas en Pena de Inisherin, en la que los diálogos no son solo un medio para que avance la trama si no que tienen importancia y valor. En algunos puntos se me hizo algo larga por sentirla demasiado circular y con escenas que se repiten demasiado a lo largo del metraje, pero que tampoco llegan a agotar.