3 Butacas de 5
No puedo sentirme más sorprendido al ver lo lejos que ha llegado el cineasta Yorgos Lanthimos. No por su calidad cinematográfica, que la tiene desde su primera película, Canino, sino por haber alcanzado un estatus en Hollywood que le permite hacer el proyecto que quiera bajo el amparo de un estudio, con repartos llenos de estrellas, y seguir contando las historias que le interesan sin domesticarse de ninguna manera. Porque, lo tenemos claro, Lanthimos es un director de excesos y Kinds of Kindness es una buena muestra de ello.
Su nueva película es una suerte de libro de relatos, de historias independientes sin ningún nexo en común. Capítulos que tienen todas las cualidades y defectos de su director. El punto más novedoso e interesante es que los protagonistas de todos ellos son los mismos actores en diferentes roles, creando un magma que atraviesa la película en el que los intérpretes hacen guiños al espectador entre historias. Algo interesante que no está del todo explotado, pero que les sirve para presentar una paleta de variopintos personajes de este universo tan particular.
Por eso, la cinta adolece del típico mal de los cuentos reunidos: cuando termina uno, te cuesta adaptarte a los nuevos personajes y a la nueva historia durante los primeros compases, además de que es inevitable compararlos entre sí. Siendo algunos mejores que otros.
Por eso, Kinds of Kindness se convierte en una obra irregular desde su propia concepción. Mezcla situaciones escabrosas, violencia, tranquilos diálogos y escenas de sexo. Eso sí, es mucho menos manierista que sus productos anteriores, limitándose más al aspecto narrativo sin tanta recreación en el ojo de pez ni en planos complejamente compuestos. Aun así, mantiene el empleo de escenas en blanco y negro y esa búsqueda de miradas transformadoras en sus personajes.
El mayor reclamo puede ser la nueva colaboración con su musa Emma Stone, que, si sigue por este camino, va a superar a DiCaprio y Scorsese como el dúo más fértil y amado por la cinefilia. Debido a la naturaleza de los relatos, la protagonista de Pobres criaturas no tiene posibilidad de lucirse hasta el último fragmento. Por eso, a pesar del marketing de la película, el actor que realmente destaca y que premiaron en Cannes es Jesse Plemons. El intérprete hace un trabajo camaleónico en cada uno de los relatos, teniendo mucho peso en todos ellos. Es de esa clase de actor que tiene muchísimo talento y que le cuesta no mostrarlo en pantalla, como una versión joven de Philip Seymour Hoffman, pero menos trabajado, con menos máscara, pero con muchísimo potencial.
Kinds of Kindness es una pieza más en la carrera de Lanthimos, donde puede permitirse el lujo de seguir experimentando. Dudo que tenga el éxito comercial de su película anterior, pero poco a poco el cineasta se va haciendo con una cuota de espectadores interesante. Ahora que está en la cima de Hollywood, es el momento de desplegar todo su talento y que este llegue a todo el mundo, tanto si gusta como si repugna.